Parecía cantado que al final del Gran Premio de Gran Bretaña teníamos que escuchar sí o sí lo que algún sarcástico tuit llamaba «la canción de Michael (Schumacher)», esto es, el himno alemán. En esta ocasión, afortunadamente para sus rivales, el Deutschland über alles no sonó en honor a Vettel.

Los Red Bull volvieron a enseñar cómo, a pesar de ya no hacer poles, modulan sus fuerzas y dominan al resto. Solo lo que Fernando Alonso llama suerte, otros estadística y la mecánica clasifica como «rotura de caja de cambios», impidió otro baño de gloria de Vettel. De nuevo, las comunicaciones de Red Bull demostraban que si no corren más es porque no quieren. Al tricampeón alemán, una vez instalado en el liderato, le dijeron por la radio: «aumenta la distancia progresivamente», dando por hecho que pueden modular las distancias poco a poco, machacar a los rivales o ir a la pata coja. El todavía líder del mundial salió de Silverstone con el primer cero que cosecha este año, pero a su compañero en Red Bull, Webber, le faltaron sólo dos vueltas más de carrera para merendarse a Rosberg.

A Vettel se le escapó el triunfo, pero el gran perdedor, con pe mayúscula fue Pirelli. El proveedor de neumáticos italiano no tiene contento a nadie en el padock. Primero fueron los compuestos de rapidísima degradación y sus carcasas que se desprendían. Después, llegaron las acusaciones de fabricar ex profeso compuestos más favorables para determinados equipos. Ahora, una audiencia de millones de espectadores ve en directo por televisión cómo sus ruedas revientan, sin preaviso, poniendo en riesgo las vidas de los pilotos. Así, son de esperar los tuits que ironizan con fotomontajes del logo de Pirelli sobre un preservativo con el texto «¿te atreves a usarlo?»

Esta semana los coches correrán en Alemania calzados con los Pirelli en medio de un negro panorama, tan negro como sus gomas y como el que, también, enfrenta Ferrari si no da con la fórmula para plantarle cara a Red Bull sin tener que esperar que las desgracias del rival sean la forma de batirle.