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13/11/2013

La muerte en el fútbol

Hay una situación que me tiene con la mosca detrás de la oreja. Tiene que ver con eso de que la cosa «va medianamente bien».

Hay una situación que me tiene con la mosca detrás de la oreja. Tiene que ver con eso de que la cosa «va medianamente bien» a pesar de que el equipo no arranca y sobre todo tiene que ver con que lo dice el portavoz del club de fútbol que despide al director deportivo, ficha a un jugador en el mercado invernal y ha tenido que ratificar a su entrenador dos veces por semana el último mes; sin duda, todos síntomas de que la cosa no va bien y que la planificación va a salto de mata.

Uno tiene la sensación de que es como si muerto el director deportivo se terminara la rabia, y eso que a nadie se le escapa que tirar a un director deportivo es lo correcto si no crees en él pero no te va a solucionar el problema inmediato que tienes en el equipo. Y por mucho que el personal se alegre de que se carguen a uno o a otro, la realidad es que el equipo no gana partidos. Quiero decir que aunque estemos saciados, seguimos teniendo un problema y debemos exigir a los jugadores, al entrenador y al presidente que lo solucionen. De lo contrario, lo que ahora es enfado y decepción, puede convertirse en un drama. Estamos a tiempo de todo, pero para ello no bajemos el listón de la exigencia; de «medianamente bien» nada de nada. Con esto no trato de echarle a la gente encima a los que mandan, trato de que mantengamos la tensión y la exigencia en torno al equipo, que la transformemos en apoyo incondicional cuando más lo necesite y que sobre todo no caigamos en el pasotismo. Luchemos para que nos sigan doliendo las derrotas... y los empates. Lo otro es la muerte.

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