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15/04/2019

Rafa Marín

Empieza una Liga de solamente seis partidos

El Levante UD, no se puede negar, llega mal al desenlace del campeonato

Empieza una Liga de solamente seis partidos

La última permanencia se fió a una Liga de cuatro contra Málaga, Las Palmas y Dépor y una temporada después no queda otra que afrontar una competición de seis partidos con cuatro de ellos en casa, los dos próximos de manera consecutiva. Esa, junto al triunfo que le voló al Valladolid en el 95', es la lectura más positiva de la jornada de un Derbi anímicamente apocalíptico para un Levante UD que, no se puede negar, llega mal al desenlace del campeonato. Entre el extremo de los reproches y el del impostado optimismo ante lo que se viene, hay un término medio que es el de correr un tupido velo a lo ocurrido en Mestalla, hacer un acto de fe en que se volverá a obrar el milagro y subirse al carro de la salvación para un segundo después exigir responsabilidades. La indefinición del equipo es el reflejo de la deriva en materia deportiva con un Tito al que el club tiene de rodillas cuando debería ser él quien estuviese pilotando la nave y no Paco López, en misa y repicando en el que es su peor momento. El míster, más allá de la confirmación del fiasco de los fichajes y la falta de rumbo, ha perdido su coraza, entre otras cosas debido al tema Jason. Paco ha empezado a mostrar evidentes síntomas de agotamiento ante el titánico esfuerzo de vivir sin Lerma, un papel que a Róber le quedó grande.Penurias al descubierto

Como si no se estuviese jugando la vida, el Levante jamás tuvo ninguna opción, ni siquiera con el espejismo del empate. Fue el Valencia, que tardó un minuto en marcar y otro en volver a ponerse por delante tras el gol en propia puerta, quien tuvo controlado el partido y el resultado en todo momento. Sin el VAR de por medio, las dos últimas jornadas han dejado al descubierto que el Levante, por mucho que corra y presione, ya no lo hace como antes. Los graves problemas en la transición defensiva se ven ahora en todo su esplendor. En la presión el bloque llega tarde y no va a una. A la defensa le falta contundencia y no es casualidad que con los tres de ayer sea la más goleada de Primera División.Tres volantazos

Morales, el futbolista más determinante del Levante y junto a Roger y Rochina el único en chutar a puerta, está físicamente reventado y eso pesa mucho. El que peor lo lleva, de hecho, es el propio entrenador, que ha perdido un filón en el campo y para más inri también el favor de buena parte de la grada. Aunque los cambios los hizo a falta de 20 minutos, Paco pegó tres volantazos, todos a contracorriente. El Levante, por desgracia, está ya de lleno en el barro, obligado a empezar de cero, tan cerca y a la vez tan lejos de un objetivo que se ha ido envenenando.

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