No es precisamente el Valencia CF un club que viva de espaldas a la sociedad. Suele involucrarse en muchas acciones con fines solidarios, con la donación de sangre, y tiene un extraordinario proyecto junto con la Fundación VCF y la Asociación de Futbolistas, 'Escoles Cor Blanquinegre', a través del cual trabajan con niños y jóvenes de diferentes barrios y localidades con el denominador común de contextos sociales difíciles y conflictivos. Ya era así antes, aunque hay que reconocer que todavía más en los últimos cinco años coincidiendo con la llegada de Meriton. Guste o no es una realidad, por eso todavía es mayor el daño a la imagen del club que ha causado esta polémica con la iniciativa de Telefónica y Santiago Cañizares, porque no es la realidad del club la que se desprende de la torpe gestión de esta crisis por parte del presidente, fundamentalmente. Una vez más no han medido las consecuencias, la empatía de Cañete con la afición, su capacidad mediática y la sensibilidad de un asunto como el cáncer infantil, un cóctel que le ha explotado a Murthy. No lo va a tener fácil. Está claro que representar a Meriton en el Valencia CF supone ya de por sí un importante desgaste, como para además ir jugando con el fuego y el sentiment.

Stop amenazas

La crítica está más que justificada, se la merecen, otra cosa son las amenazas, una práctica demasiado habitual contra la que el Valencia CF viene luchando en los últimos años, no siempre con el apoyo que todos deberíamos darle por una simple cuestión de decencia. Solo un rechazo firme y unánime de toda la sociedad acabará con ello. Los responsables de esos mensajes con amenazas de muerte, tanto los autores materiales como los instigadores, tampoco deberían salir impunes de esta.

Y el equipo

Y bueno, en pleno estallido contra Meriton, Murthy y Peter Lim, con cánticos y momentos de gran desconcierto durante los partidos en Mestalla, el equipo suma otra victoria y sigue. A ver si van a ser ahora Celades y los jugadores los que acaben con la crisis a base de resultados. Desde luego que sería algo increíble, o así lo parece, aunque no la primera vez que ocurre.

Más artículos de opinión de Julián Montoro, aquí.