Opinión

Sin un Duro

El Valencia evidencia la necesidad de traer un nueve que evite la debacle en ataque sin el madrileño en San Mamés

Hugo Duro en San Mamés.

Hugo Duro en San Mamés. / AFP7 vía Europa Press

Cogido con pinzas. Así está el Valencia pese a un positivo mercado de fichajes. Una lesión y estás fuera, como el año pasado en cuanto Soler se cayó del once antes de visitar Sevilla por partida doble. En este castillo de naipes que es la confección de la plantilla, la falta de recambios y recursos para lograrlos. Una lástima, visto cómo brilla el equipo cuando la gran mayoría de piezas clave están disponibles.

Tan innegable es que Gattuso ha caído de pie como que al puzzle que quiere cerrar el italiano le faltan piezas. El dicho de la manta corta, que te tapa los pies o la cabeza, aplicado al mercado de fichajes cuando no debería ser así. En estos últimos diez días del mercado de fichajes, pagaría por estar en la cabeza de Gattuso. Ver sin filtros cuánto confía en el renacido Marcos André, cuánto aprueba el fichaje de Cenk Özcakar, si le gusta más Cavani o Arthur para completar su equipo, si cree que Gayà o Soler son irremplazables. Por lo que vemos en el campo, solo queda adivinar. Y lo que uno ve en el terreno de juego es que al Valencia le falta colmillo si Hugo Duro no está en la delantera. Creía que la apuesta fuerte del verano debía venir en el centro del campo, pero viendo cómo viene el equipo me hace cambiar de opinión.

Sin un Duro, el Valencia necesita un nueve. Lo necesita incluso con él, al que todos vemos capacitado para habitar una de las bandas en este equipo de extremos a pie cambiado que buscan la portería a la primera ocasión que se presente. Y en un equipo carente de estrellas de las que te sientan delante de la pantalla, pocos nombres más sugerentes que un delantero con 360 goles en su carrera, proveniente de un Manchester United donde todos le han valorado y con una ética de trabajo difícilmente superable.

“Si viene Cavani me saco el abono del Valencia”, me decía mi padre. El componente emocional debe jugar un papel esencial para sacar hasta la última gota del escaso talento que tiene la plantilla. Ese cocktail que junta a un técnico tan carismático como Gattuso con un jugador que también es puro Mestalla debería generar una ola que aúpe al equipo a un nivel que lleva tiempo sin exhibir en liga. Aún con todo en contra, cuesta no ilusionarse con el Valencia si lo dirige Gattuso y lo comanda el primer Matador -de apodo- desde el adiós de Kempes. 

Sin muchas herramientas, el Valencia va cerrando una plantilla de entreguerras apañada. Si Nico, Bryan Gil, los Samus y Cavani acaban inscritos el uno de septiembre dejando margen para renovar a Gayà y Soler, se habrá cuadrado un círculo muy difícil de sacar adelante. Al técnico se le queda una plantilla con dieciocho jugadores que pueden pelear por entrar en el once, quizá insuficientes para aguantar con entereza una plaga de bajas pero que bastan para intentar brillar. La duda es si solo con eso podrá estar el equipo a la altura del reto de intentar pelear por Europa y salir de este miserable ciclo en los despachos. 

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