¿Hasta cuándo?

El Valencia CF es una caricatura de lo que fue y está bien conocer cuál es el estado actual del enfermo, pero no podemos conformarnos con asumir la situación económica y punto

Los jugadores del Aston Villa celebran un gol durante el Trofeo Naranja

Los jugadores del Aston Villa celebran un gol durante el Trofeo Naranja / Francisco Calabuig

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Entiendo a aquellos que dicen que hasta que no llegue alguien con dinero a comprarle el Valencia a Peter Lim nada va a cambiar, pero me niego a asumirlo con esa naturalidad aplastante de los que dicen que solo queda apoyar al equipo. Me parece un discurso fácil. El Valencia es este año peor que el anterior, que estuvo hasta la última jornada jugándose el descenso. Y seguramente será mejor que el próximo año. Porque la línea de Meriton es la que es. Debilitar año tras año una plantilla que ahora mismo está repleta de ‘chavales’ que están viviendo un sueño. El sueño que cualquier aficionado viviría debutando con el primer equipo, teniendo incluso la posibilidad de tener minutos en Primera y hacerlo además en un escenario como Mestalla. Pero precisamente el miedo que tengo es que la temporada se coma a algunos de esos buenos proyectos que tiene la casa. Si Peter Lim, Layhoon y compañía quieren reducir todo a canteranos perfecto, pero no pueden convencer a nadie que lo hacen porque confían en esa metodología. Lo hacen porque un año más les importa muy poco lo que le pasa al Valencia CF. 

Soy el primero que entiende cuál es la situación económica del club. La que ha provocado el propio Meriton. Porque cabe recordar que a su llegada, las personas que hablaban por ellos aseguraban que el Valencia del ‘futuro’ (hace 10 años de eso) no iba a tener que vender a sus mejores jugadores, que iba a pelear por la Champions y que iba a competir con Barcelona y Madrid. A pesar de todas aquellas frases, que el tiempo ha colocado en su sitio, entiendo que la economía de guerra actual supone apretarse el cinturón, que salgan algunos jugadores y que vengan otros con menos nombre pero seguro que mejores en rendimiento que otros como Yunus Musah. Lo que no me entra en la cabeza es asumir que el Valencia empezará la próxima semana LaLiga en el Sánchez Pizjuán con una plantilla que hace aguas, que tiene más carencias que posiciones completas y que necesita atacantes como el comer. Extremos con regate y con centros tensos y delanteros que sepan estar en el sitio adecuado. No pido ya que hagan muchas cosas. Que entren poco en juego si hace falta, pero que tengan un par por partido y que, aunque sea equivocándose, la envíen para la jaula de vez en cuando. No pido mucho. 

Con todo eso, el fútbol es fútbol. El Valencia puede conseguir los tres puntos en el Sánchez Pizjuán, puede empatar y puede salir goleado. Pero jamás un directivo del Valencia debería irse a dormir tranquilo pensando que se está haciendo un buen trabajo porque es imposible que eso suceda. Peter, Layhoon, o quien sea, el Valencia no merece esto. La afición, Baraja y la plantilla no lo merecen.

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