Adiós. Fracaso. Decepción. ¿Fin de ciclo? Quizás no haya que ser tan dramático. España ha disputado mal el Mundial, con un entrenador empeñado en dar la responsabilidad a dos o tres jugadores que ni han estado ni se les ha esperado, caso concreto de Ricky y Marc, o de Rudy y Garbajosa en momentos puntuales. Sin defensa no hay equipo y Serbia nos mató con las armas que nos hicieron grandes: juventud, talento, descaro y... a correr. España defendió fatal y no podemos quedarnos en el lamento del triple final de nueve metros. Entró para hacer justicia, no por fortuna. Serbia fue mejor y ganó por tres. Eso duele, sin estar España a su nivel se ha podido luchar por las medallas. ¿Y si hubieran jugado bien?

Scariolo debe dimitir

Scariolo debe dimitir y reconocer que es un error llevar una selección al mismo tiempo que un equipo en Moscú. Así no se prepara un campeón y no me vale que se ganó el Europeo, allí tampoco se brilló. La culpa es del presidente de la Federación, que todo se lo consiente cuando a Pepu, y en menor medida a Aíto, todo se lo negó. Un entrenador debe saber gestionar lo que tiene y no romper el grupo con sus ataques de técnico, ser un buen gestor de recursos humanos. Lamentar la ausencia de Pau es de mediocres. Desde antes del Europeo que ganó Scariolo se sabía que no iba a estar Gasol y había tiempo y equipo para preparar el torneo, pero el italiano estaba haciendo caja en Moscú.

Valiente o cobarde

Dusko Ivkovic, un veterano de 67 años, le dio toda una lección a Scariolo de cómo gestionar un equipo al mismo tiempo que se permite a unos jugadores desarrollar su talento sin ataduras. Mientras un técnico animaba a que su jugador se jugara un triple de nueve metros, al otro, asustadizo y siempre quejándose del mal arbitraje —que lo fue, pero no es excusa—, le daba miedo hacer una falta que nos habría permitido jugar una posesión para triunfar.

La influencia del técnico

En baloncesto el entrenador influye mucho y por mucha autogestión que buscaron los jugadores, a todos nos duele aún en el estómago esa estúpida zona en los últimos minutos contra los mejores tiradores de Europa. O el descanso a Navarro cuando quedaban tres minutos. Ricky y Marc, de los que nadie duda de su calidad y que volverán a la selección, han tenido un mal Mundial, pero la culpa es de quien los ha mantenido en pista una media de 30 minutos. Vázquez, por ejemplo, ha merecido jugar más por su excelente nivel, pero todos lo han visto menos el italiano. Ricky ha estado fatal y ha sido el que más ha acusado la baja de Calderón, pero Scariolo, lo dije antes del Mundial y lo repito, se equivocó al llevar a Raúl López; Sada o Sergio Rodríguez habrían dado mejores prestaciones.

Claver y Savanovic

Del triste final vuelve a quedar el sabor amargo de que a Víctor Claver no se le utilizó ni para defender, algo que habría hecho mejor que Jorge Garbajosa, Felipe Reyes o Álex Mumbrú. Aún no sé para qué Scariolo se lo ha llevado a Turquía. Es injusto lo que han hecho. En cambio, queda la ilusión de ver el excelente nivel de Dusko Savanovic, aunque con defensas como la de España todo parece más bonito. Gran fichaje, pero no le carguemos con el peso de ser Matt Nielsen.

Los jóvenes gustan

Manuel Hussein está destacando la labor de los jóvenes del equipo EBA que con él entrenan. Sobre todo, tras el partido con el Real Madrid, se habla mucho del base Víctor Arnau, un jugador que la temporada pasada tuvo una gran evolución en el EBA y que Paco Raga, con buen criterio, tenía la ilusión en que esta temporada entrara en el primer equipo, como la anterior se hizo con Simeón. Quizás ha faltado arriesgar un poco más desde la secretaría técnica, pero el tiempo dirá.