Ahora que el Valencia se ha hecho con los servicios del delantero brasileño Jonas, bueno es que desvelemos los entresijos desconocidos de la contratación de Pedja Mijatovic. Sucedió así. Un ex directivo del Atlético de Madrid metido a agente de futbolistas llamó por teléfono al consejero del VCF Vicente Alegre para alertarle de que en la antigua Yugoslavia había un tal Mijatovic que tenía hechuras de ser un auténtico crack mundial. Alegre, en una época en la que Paco Roig y Guus Hiddink bombardeaban a Arturo Tuzón para que fichara a Romario —«ni gratis», llegó a decir Peris Frígola—, expuso en una reunión del Consejo la posibilidad de fichar a ese yugoslavo desconocido. Tuzón y el resto del Consejo decidió estudiar la operación y encargaron al gran Pasieguito que estudiara el tema en profundidad.

¡Estaba sancionado!

Pasiego decidió trasladarse in situ a Yugoslavia —piensen que en aquella época aún no existía internet y no había forma de recabar información sobre un futbolista prácticamente desconocido— para ver un partido de Pedja en vivo y en directo. Pasiego se marchó un jueves y dos días después, el sábado, llamó al club ciertamente contrariado y dijo lo siguiente: «¡No sé qué hago yo aquí si el Mijatovic ese está sancionado y no puede jugar el partido de mañana!». En el club se encendieron todas las alarmas y se decidió darle nuevas instrucciones a Pasieguito: «Quédate ahí y haz lo que puedas para saber si es bueno el tipo ese».

Su firma como aval

Pasi se quedó en Yugoslavia, indagó, observó, pensó en la calidad del chaval ese y comunicó al club su decisión: «Don Arturo —Tuzón—, es muy bueno. Tenemos que ficharlo». Don Arturo reunió al Consejo, expuso el tema, dio el OK a la operación… pero se encontró con las dudas de uno de sus consejeros que no dudó en afirmar: «Que Pasieguito firme como aval esta operación». El consejero en cuestión, Agustín Morera, se arrepintió posteriormente hasta la saciedad por haber dudado del buen ojo clínico de Pasiego... y, por cierto, Pasi no puso reparo en poner su firma para avalar la operación.

¿Estaba gordito?

Una vez fichado Pedja, el Valencia preparó una nota oficial para los medios que en aquel entonces se transmitía vía fax y con escasa documentación. La nota original —que guardo en mi poder— decía así: «El Valencia ha fichado al futbolista Predajo Mitatovich, natural de Podgoriko, que mide 1.70 metros y pesa 76 kilos…». ¿1.70 y 76 kilos de peso? ¿Era Mijatovic una bola de sebo? No, no. Las notas oficiales, a falta de documentación, se hacían un poco a huevo y solían contener un buen número de errores. Al final la nota oficial fue corregida con típex y fue enviada así a los medios de comunicación: «El Valencia ha fichado al futbolista Predraj Mijatovich —la ´CH´ no fue corregida—, natural de Podgorica, que mide 1.75 y pesa 70 kilos…». Como ven, en un abrir y cerrar de ojos —o de fax en el caso que nos ocupa—, Mijatovic creció cinco centímetros y perdió seis kilos en una operación de régimen que batió todos los registros mundiales. El final ya lo saben, Pedja jugó en el VCF, Pasieguito acertó como acertó fichando a Kempes, triunfó como blanquinegre y se fue al Madrid de forma torticera... pero eso es otra historia.