El triunfo de Genovés II y Dani en el Masters dejó a José Cabanes un sabor agridulce. Por una parte, el pilotari vuelve a sentirse máxima figura tras una larga lesión. Por otro lado, sabe que afronta a una nueva operación el 10 de enero; que este torneo ha sido un oasis en un nuevo calvario que le mantendrá de baja seis meses. «No he podido aguantarme las lágrimas, porque me ha venido a la cabeza lo que me espera en los próximos meses, y es muy duro», comentaba todavía emocionado.

Genovés II se sentía enormemente agradecido a los aficionados y a su círculo más cercano: «solo puedo dar las gracias al público por el cariño, y a mi familia, a mi preparador y mi fisio, mis ángeles de la guardia, a mucha gente que siempre está a mi lado», dijo con la voz entrecortada por la emoción.

En cuanto a la partida, Genovés II explicaba la reacción de Álvaro y Jesús, que casi le dan caza: «el resultado ha sido justo. Nosotros estábamos dominando con algo de fortuna, y luego, cuando no estás al cien por cien, la pilota te castiga. Hemos bajado un uno por ciento, y casi nos cogen». Aún así, no vio peligrar la victoria: «confiaba en mi dau con la pelota nueva. En el último juego hemos llevado la iniciativa en todos los quinzes», dijo.

En cuanto a la operación, Genovés II dijo que no tenía más remedio que el quirófano: «no es una lástima tener que operarse ahora porque sólo yo sé lo que me duele el hombro, lo que sufro cuando juego. Con lo que estoy entrenando, si estuviera bien, jugaría mucho más». «Al que peor le sabe parar ahora es a mí, pero hay que hacerlo porque es la única forma de seguir jugando, y a mí, jugar me gusta más que comer», remató.