El partido del Alavés dejó imágenes de esas que acaban siendo un punto de inflexión para bien. Desde la del Ciutat tirando espontáneamente de los suyos tras el 0-1 a la de titulares y reservas fundiéndose en los goles pasando por Paco López en la banda apretando los puños en señal de victoria. Precisamente esta última fue, a toda página, la que ilustró la crónica del partido por su enorme trascendencia. Y es que, sin lugar a dudas y por encima de los otros muchos que hubo, el míster había sido el triunfador de una tarde en la que el Levante recuperó el pulso perdido gracias al 5-3-2 y a las decisiones tácticas y técnicas que se sucedieron con el cambio de dibujo.

La gran sentada en Orriols

SuperLópez empezó realmente a cimentar la victoria del domingo tres días antes, en Valladolid, donde habló primero en el vestuario al descanso y después en sala de prensa del «peor partido» desde que está en el banquillo. A partir de ahí, Paco se vio a solas con Campaña y dirigió una gran y profunda sentada con el grupo en la que, aprovechando la predisposición de los jugadores, se pusieron negro sobre blanco todas las inquietudes tácticas existentes, en especial las que subrayaban la necesidad de tejer una red de seguridad para el centro del campo. Desde el bajón de la derrota pasando por las charlas a nivel interno y la vuelta al tajo, fueron 48 horas intensas que darían para un manual sobre cómo afrontar, además de manera ejemplar, una crisis de juego y resultados. Cintura, diálogo y compromiso, tres ingredientes que ya fueron claves para darle la vuelta a una situación mucho peor que esta última, la racha de 15 jornadas sin ganar a la que se puso fin con el histórico 0-1 en el Coliseum. Un escenario al que los granotas regresan hoy revitalizados y con la incógnita de con qué sistema de juego.

Partido sin derrotados

Rochina, Boateng, Moses Simon, Toño, Cabaco o incluso un Jason que se equivoca comportándose con la grada como si en Orriols estuviera de prestado, fueron los otros triunfadores de un partido en el que no hubo derrotados, ni siquiera los que por decisión técnica o rotación se quedaron sin minutos. Al final, para que las cosas funcionen no hay nada más sencillo que poner a los que más le convienen al equipo en cada momento. Y en eso el Levante de SuperLópez continúa siendo un auténtico ejemplo a seguir.

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