El principal mérito de Celades, por encima de cualquier otro, es que mientras dota al Valencia de su sello propio va cumpliendo objetivos sin recrearse en las muchas bajas que también tiene ni lamentarse por la tralla de partidos que se le vienen encima. Con el listón de los octavos como telón de fondo este martes le toca el Ajax, un envite al que llega con un equipo enhufado que sigue siendo capaz de lo mejor y lo peor pero que también tiene una amplia variedad de registros que interpretar, incluido como en el Derbi el que ya tenía del contragolpe. A Paco López lo conocemos de hace mucho. A Albert de solo tres meses. Hay que esperar.

Felicidad y facilidad

El principal mérito de Paco López, por encima de cualquier otro, es haber dotado al Levante de un sello propio que lo convierte en inconfundible y al que no renuncia ni cuando se presenta a todo un Derbi con los cinco centrales de la primera plantilla lesionados. Al entrenador de Silla, cuya querencia por el riesgo es consustancial a su manera de entender el fútbol, hay que exigirle que el equipo mejore a balón parado y que cometa menos errores en la transición defensiva, pero a estas alturas lo que no tiene sentido es pedirle que se traicione a sí mismo. Para que vuelva a los tiempos del bloque bajo y el trasero dentro del área, el colmo tanto de la felicidad como de la facilidad para los defensas malos, mejor haber recuperado a Muñiz que renovarlo a él.

Milagros a Lourdes

El Derbi se lo llevó el Valencia porque fue mejor, porque su línea de vanguardia está entre las más valiosas de Europa y porque para lo bueno y lo malo Paco López no es de los que si no te gustan sus principios tiene otros. Los granotas fueron capaces, con un once cogido con alfileres, de poner al Valencia al borde del abismo aprovechándose de sus errores y saliendo desde el arranque a buscar a Cillessen o a aprovecharse, como hacen todos, del flanco de Wass. Y también lo fueron de que les voltearan al contragolpe después de que Jaume le parase a Morales el 3-1. A partir de ahí, milagros a Lourdes. Una cosa es que con el resultado a favor el último cambio sea conservador y otra que con media hora todavía de partido el Levante se ponga a practicar un juego que no va con él y que posiblemente tampoco lo habría salvado. La defensa es con diferencia la peor línea de la plantilla granota y si a eso se le añade la plaga de lesiones, más claro agua lo que acabó pasando. Perder entraba más que nunca en las posibilidades y aun así el partido estuvo durante cerca de una hora vuelto del revés.