Hay que ser muy pendenciero para desahuciar a las peñas en vísperas de pedirle otro favor con Mestalla ayer a la Generalitat y hoy al Ayuntamiento. Después de un verano tan infame ya nada sorprende, especialmente si viene de quien gestiona el Valencia CF como el pato patagónico, ese del que se dice que pisada que da, cagada que deja.

No hay piedad para los que están a expensas del rastro de Murthy, al que las instituciones no pueden recibir en otra posición que no sea de alerta. Y es que, tal y como cuando hace un año todo hizo crash, se echan en falta síntomas de sensatez y sobran voces disonantes con la deriva del club. Es más, pensando en el trecho que va entre lo que ocurre en las reuniones y lo que se cuenta de ellas, desde luego hay que tener mucho cuajo a la hora de ponerse en la piel de Ximo Puig, Joan Ribó o Sandra Gómez y mantener las formas con quien viene de perderlas tanto con ellos como con los ciudadanos a los que representan.

Después de años de dejadez, la visita al Palau y a la alcaldía supone al menos el gesto mínimo que se exigía. Pero sólo eso, de momento hechos ninguno. Salta a la vista que Meriton, al que se le junta que a plazo corto no puede más las dudas razonables de que quiera, en absoluto se encuentra en condiciones de garantizar nada, menos aún un calendario de plazos. Coyunturas en teoría puntuales como quedarse fuera de la Champions y el Covid deberían estar por encima de un planteamiento a medio y largo clave para el futuro. Más de la mitad de los clubes de LaLiga, con ejemplos bien próximos, están invirtiendo en sus campos. Otra asunto en el que se pierde comba.

Al margen de los políticos, la estabillidad financiera es lo único que le queda a Meriton, un argumento para más inri en entredicho ahora que la plantilla low cost recuerda a épocas que se suponían del pasado, ahora que van dos semanas desde la reunión en la que Gracia pidió fichajes y no hay ni uno, ahora que no se han podido pagar nóminas, ahora que tampoco hay dinero ni un plan con el que reanudar las obras.

El delantero del Levante

Resulta llamativo pero así como son las instituciones las que van detrás del Valencia CF, durante dos años ha sido el Levante UD quien ha estado esperando el plan de Nazaret. Superados esos escollos, el proyecto inmobiliario y social sigue viento en popa. Sin embargo, vuelve a haber atasco en el deportivo por las salidas y el fair-play. A cinco días de LaLiga, el club se mantiene en standby porque no puede fichar y eso entraña ciertos riesgos. El del delantero no puede ser un refuerzo más.

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