Pasan los días y el único fichaje del Valencia CF es Joey Lim, quinta y por ahora última pieza en el tablero con la que Meriton aspira a salvarse del jaque mate, esa posición del ajedrez en la que el rey se encuentra amenazado y no tiene escapatoria. Joey, que aunque lo parezca no es hijo ni sobrino de Peter pero sí un ejercutivo de su confianza, viene para hacer de Kim Koh y ya veremos de qué más. De entrada, la responsabilidad que le cuelgan sobre la elección de Anil Murthy no es que inspire precisamente confianza. Tampoco lo hace su perfil, ajeno a lo que necesita en este momento un club que sigue echando en falta a los alfiles, caballos y reinas que fueron cayendo en la batalla.

Hablando de alfiles, caballos y reinas, la derrota ante el Celta fue también la reconfirmación de que el Valencia tiene las patas cortas sin fichajes y que el crédito de Gracia, como él mismo demostró saber cuando lanzó la bomba, no será ilimitado a poco que los resultados fallen y queden en evidencia detalles como el de no haber probado con Wass antes que con Esquerdo en una medular que ya venía de naufragar ante el Levante. Sin embargo, y aunque los problemas son tan públicos y notorios que no hay cortina de humo que los disimule, el arbitraje también tuvo que ver y mucho en el resultado, más todavía en vistas de la enésima chapuza del VAR.

El Valencia está obligado a fichar y a ser un club proactivo en el mercado en lugar de reactivo a la espera de descartes de última hora. Pero también tiene que defender sus intereses y no arrugarse ante la Federación del recién reelegido Rubiales, alguien que si le tiene cogida la matrícula no es por su cartel de granota. Eso sí, más allá del ruido hay tareas que exigen inteligencia y saber hacer. Es algo que le salía bien a Mateu y para lo que tampoco Joey sería el hombre.

Lo tiene todo para ser feliz

El Levante no sabe nada del Leeds, pero Campaña se quiere ir y el club de Bielsa, Víctor Orta y Rodrigo es uno de los que lo tiene en su agenda. El club granota sigue sin moverse un centímetro de su posición original y hace bien porque no hay mejor manera de poner en valor a su futbolista. Sin embargo, con independencia de si finalmente hay traspaso o no, que por cierto la apuesta más posible a día de hoy es que no, lo que tampoco puede ser es que Campaña esté siempre con el morro torcido con todo lo que en Orriols hacen por él.

Paco en particular y el club en general lo llevan en volandas, tiene un contratazo como jugador franquicia y la realidad es que ningún club, ninguno, ha hecho una oferta ni siquiera a la baja. Si Campaña no es feliz es porque no quiere.

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