Detienen otra vez al "gastrojeta" por dos "simpas" en una semana en Alicante

El historial de antecedentes y "simpas" del "gastrojeta" sigue aumentando. La Policía Nacional ha vuelto a detener dos veces en menos de una semana al lituano Aidas J., de 50 años, por acudir a sendos restaurantes del centro de Alicante y negarse a pagar la cuenta. El "gastrojeta", que finge desmayos e indisposiciones en los restaurantes y bares para tratar de eludir el pago de sus comilonas, acumula ya 20 detenciones por estafa desde noviembre del pasado año, casi la totalidad por "simpas".

Los únicos periodos en los que los hosteleros de Alicante han podido trabajar tranquilos sin la amenaza del "gastrojeta" han sido cuando fue enviado a prisión en febrero y finales de junio. En ambos casos fue la magistrada del juzgado de Instrucción número 9 de Alicante quien le envió a la prisión de Fontcalent para cumplir sendas condena por un delito leve de estafa en un restaurante de Alicante y en una barraca de las Hogueras de San Juan. Sin embargo, en cuanto sale de la cárcel vuelve a comer gratis, sin que parezca importarle las consecuencias.

La última detención del comensal lituano fue realizada ayer por la tarde en Alicante. La Policía Nacional fue alertada sobre las 18 horas para personarse en un restaurante de la calle Mayor donde un cliente no quería pagar la cuenta y al acudir agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de la Comisaría de Distrito Centro se encontraron al comensal tirado en el suelo, como suele hacer habitualmente para simular una indisposición con el objetivo de ser evacuado en ambulancia.

Cuenta de 34 euros

Los agentes reconocieron al "gastrojeta" y en el restaurante explicaron a la Policía que se negó a pagar una cuenta de 34,85 euros por un arroz y dos whiskys. El varón lituano fue detenido y trasladado a los calabozos de la Comisaría Provincial, donde se están instruyendo las diligencias antes de ponerlo a disposición judicial mañana jueves en Alicante, donde se celebrará un juicio rápido por un delito leve de estafa.

Este nuevo "simpa" se ha registrado seis días después de otra comilona que se dio en un restaurante de la Explanada. La Policía Nacional fue requerida desde el restaurante el pasado 14 de septiembre sobre las cuatro y media de la tarde. En dicha ocasión pidió comida, bebida y dos cócteles. Cuando le llevaron la cuente para que la abonase comenzó a reirse y les dijo que no tenía dinero, por lo que fue detenido.

El 'gastrojeta' actúa tanto en comidas como cenas e, incluso, al tapear, y en su historial cuenta con comandas de arroz y bogavante o entrecots con el denominador común de acompañarlos con varios whiskys (siempre 'White Label'). Normalmente pide una tapa de ensaladilla rusa, "que parece que le gusta bastante", ha relatado este miércoles a EFE un policía nacional que ha participado en cuatro de las detenciones. Según este agente, viste unos pantalones largos de color gris, un polo, zapatillas de trekking y un chaleco de reconocidas marcas.

Paella de marisco

El gerente del restaurante 'El buen comer', Moisés Doménech, ha explicado a EFE que este hombre llegó ayer a su negocio y que escogió una mesa del interior, donde pidió "paella de marisco para uno" y un whisky, "que se bebió de un trago", antes de pedir otro doble para acompañar al arroz. Sin haber abonado la cuenta de 34,85 euros, "iba a marcharse sin pagar pero un compañero le paró y le dijo que tenía pendiente la cuenta", a lo que el 'gastrojeta' contestó sin alterarse que iba a ir al hotel para coger el dinero.

Al negarle que se marchara sin abonar la cuenta, el lituano se arrojó al suelo muy cerca de la puerta de la calle y fingió ostensiblemente estar indispuesto pero desde 'El buen comer' no cayeron en la trampa y llamaron a la Policía.

Doménech ha hecho varias fotos al 'gastrojeta' y las ha pasado a otros restaurantes de la Asociación Provincial de la Hostelería (APEHA) para que no vuelva a hacer de las suyas en un futuro próximo.

El policía que le ha detenido cuatro veces ha añadido que el 'gastrojeta' suele "sonreír" cuando llegan los agentes, y que nunca se sonroja ni pierde la tranquilidad, quizá porque "se ve impune". Siempre con varias copas encima, aparentemente le da igual pasar una o dos noches en la celda antes de ir ante el juez.