Juzgan a un pederasta por abusar de niños cuando ya estaba condenado a 52 años

El entrenador de fútbol infantil, militar de profesión, fue descubierto por su mujer tras hallar el material pedófilo en un USB

El entrenador de fútbol condenado a 52 años fue juzgado ayer de nuevo por abusar de cuatro menores. I. CABANES

El entrenador de fútbol condenado a 52 años fue juzgado ayer de nuevo por abusar de cuatro menores. I. CABANES

Pendiente todavía de la resolución del Tribunal Supremo ante el recurso de casación contra la

por abusar sexualmente de tres menores, así como grabar y producir pornografía infantil, Jaime M . P. volvió ayer a sentarse en el banquillo acusado de abusos sexuales continuados –uno de ellos agresión sexual con acceso carnal– sobre otros cuatro menores de edad cuando éstos tenían 4, 7, 15 y 17 años. El caso de este presunto depredador sexual, que compaginaba su trabajo como militar con labores de entrenador de fútbol infantil en un municipio de l’Horta, fue destapado en diciembre de 2019 cuando su mujer descubrió de forma casual

, tal y como adelantó en su día Levante-EMV.

Tras ser detenido y puesto en libertad mientras proseguían las investigaciones para saber el alcance de los presuntos abusos sexuales e identificar el número de víctimas, el presunto pederasta habría vuelto a actuar movido por su ánimo libidinoso, según los hechos denunciados posteriormente por una compañera de trabajo.  

La madre de dos nuevas víctimas, que declaró ayer en el juicio por estos nuevos abusos sexuales cometidos entre marzo de 2020 y septiembre de 2021, le abrió las puertas de su casa sin saber los motivos reales por los que había sido detenido. Según argumentó, en el cuartel donde estaban destinados ambos se comentaba que había sido arrestado por violencia contra su pareja.

Así, aprovechando esta relación de amistad y confianza con su compañera, el acusado se quedó en distintas ocasiones al cuidado de sus hijos, de siete y cuatro años. Además algunos días se quedaba a pernoctar en el casa, y dormía en la misma cama que el más pequeño, según relató su madre muy afectada al no haberse dado cuenta antes del presunto monstruo que había metido en casa.

Durante esos meses el acusado habría realizado tocamientos a ambos hermanos, así como a sus primos, de 15 y 17 años, con los que también entabló una relación de amistad. El propio acusado reconoció que el mayor le mandaba mensajes de wasap.

El fiscal solicita para el acusado otros 25 años de cárcel por los abusos y una agresión sexual con acceso carnal

El acusado, que solo quiso responder a las preguntas de su abogada, Verónica Guaita, del despacho Castillo Castrillón, negó haber tenido cualquier tipo de contacto sexual con los menores y asegura que jamás durmió con ninguno de ellos. Según alega, se quedó muy pocos días a dormir y cuando se quedaba dormía en el sofá solo.

El Ministerio Fiscal solicita para el acusado penas que ascienden a los 25 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual a menor de 16 años, otros dos delitos de abusos a menor y un delito de abuso sexual a la víctima mayor de 16. Pena que se sumaría a los 53 años de cárcel pendientes, siempre y cuando el TS no invalide la obtención de las pruebas en el otro juicio, donde se valoró el hallazgo de más de

.

Fue precisamente a raíz de la publicación de las informaciones sobre el numeroso material pornográfico con menores, grabado por el sospechoso, cuando esta amiga le preguntó a sus hijos y éstos le contaron los tocamientos que sufrían, que para ellos –el pequeño solo tenía cuatro años– eran en ese momento, un juego.