Violencia machista

Una mujer, a la espera del juicio contra su exmarido por agresiones sexuales a sus hijos en Palma: "Cuando el que abusa de los niños es su padre, el sistema no los protege"

La mujer descubrió comportamientos sexualizados en sus hijos pequeños cuando les bañaba: "Es lo que hacemos en casa de papá", le dijeron

El hombre será juzgado en la Audiencia, pero mientras no tiene ninguna orden de alejamiento

La madre de los dos niños: "Los menores víctimas de abusos por su padre están desprotegidos".

La madre de los dos niños: "Los menores víctimas de abusos por su padre están desprotegidos". / X.P.

Hace cuatro años una vecina de Palma de 37 años notó cosas extrañas en sus hijos cuando volvían de visitar a su padre, de quien estaba separada. La pequeña, que tenía apenas dos años, tenía los genitales enrojecidos y una conducta sexualizada. El mayor, de cuatro años, realizaba también gestos sexuales cuando estaba en el baño con su hermana. A preguntas de su madre, le dijo que era "lo que hacían con papá". La mujer se quedó espantada. Cuenta que durante el tiempo en que estuvieron juntos sufrió malos tratos psicológicos, como frecuentes menosprecios, pero nada que le hubiera hecho sospechar que los niños pudieran sufrir abusos sexuales por parte de su padre. Ese mismo día presentó una denuncia ante la Policía. Sin embargo, las valoraciones de los técnicos no fueron concluyentes en este sentido, por lo que no se le impuso ninguna orden de alejamiento.

La madre consiguió al menos que las visitas se realizaran en las dependencias del Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS), pero los pequeños se alteraban cada vez que le veían. "Es muy duro tener que obligarles a verle, cuando ellos se niegan y lloran. Es como llevar a tus hijos al matadero". Tras cuatro años de un proceso "lento y doloroso" el hombre será finalmente juzgado en la Audiencia, pero la madre se muestra muy crítica: "Los niños están desprotegidos, cuando el autor de los abusos es su propio padre, los sistemas de protección no funcionan".

Violencia de género

La mujer conoció a su exmarido en el trabajo cuando tenía 27 años. Iniciaron una relación y él se instaló en su casa. Se quedó embarazada y se casaron en 2015. Pocos meses después nació su primer hijo, y en 2018 tuvieron una niña.

Explica que tardó en darse cuenta de que sufría un maltrato psicológico. "Era muy sutil. Hacía comentarios despectivos hacía mí. Me trataba como alguien inferior en todos los aspectos, y si hacía algo sin consultarle se enfadaba", recuerda. "Consiguió separarme de mis amigos y no quería que viera a mi familia, hasta el extremo de que tenía que llevar al niño a que viera a mi madre a escondidas. Le decía que lo llevaba al parque y me lo llevaba a casa de su abuela. Mi madre me decía que esto no era normal, pero yo lo tenía asumido".

Acudió a una psicóloga, y fue ella la que le hizo ver que sufría violencia de género. "Pero si no me ha pegado nunca, le dije. Hay otras formas de violencia, me contestó. Ella me abrió los ojos".

Cuando decidió separarse le propuso llegar a un acuerdo para el cuidado de los niños, pero el padre se negó a firmarlo. "Él nunca se había preocupado de los niños y después de la separación, cuando venían de estar con su padre, empecé a notar conductas raras en ellos. El niño dejaba de hablar, me pegaba y me gritaba. Y luego descubrí que la niña volvía con la vulva irritada. Era muy pequeña, todavía llevaba pañal, pero yo me di cuenta de que había pasado algo. Lo empecé a controlar y comprobé que le pasaba siempre que venía de ver a su padre. La llevé a urgencias y me dijeron que podía ser una irritación del pañal, pero cuando estaba conmigo no le pasaba", relata.

Denuncia

Las sospechas se convirtieron en alarma cuando, mientras bañaba a sus dos hijos juntos, el pequeño se puso a hacer ademanes inequívocamente sexuales con su hermana pequeña. "Le pregunté qué hacía y me dijo que era el juego del pito y que su hermana tenía que aprender, y que era a lo que jugaban en casa de papá". Era febrero de 2020, el niño tenía cuatro años y medio y su hermana dos.

"Me quedé helada. Solo le pude decirle que no jugara a eso". Pero estas conductas se repitieron. El niño explicaba escenas claramente sexuales y la niña, que apenas hablaba aún, realizaba gestos groseros. La madre presentó una denuncia ante la Policía y el juzgado, y pasado un tiempo consiguió que las visitas a sus padres se realizaran en un punto de encuentro del IMAS, para que los niños no se quedaran solos con él.

"Cada vez que teníamos que ir al punto de encuentro era una lucha. Los niños no querían ir y me culpaban, pero yo creía que estaba obligada a llevarlos. En una ocasión, me planté delante de mi ex y le dije: a la niña no la toques. Él me responde: déjame que me haces daño, aunque no le había tocado. Yo no entendía nada, pero después descubrí que me estaba grabando y me había denunciado por malos tratos".

Juicio en la Audiencia

La valoración de los psicólogos sobre los niños no fue concluyente, pese a que el mayor contó abusos graves. El hombre trató de que se archivara el caso, pero Jaime Campaner, el letrado de la mujer, ha conseguido que la Audiencia celebre el juicio.

"Mientras tanto él ha mantenido una guerra de desgaste durante todos estos años. Me denuncia por incumplir las comunicaciones, no permite que les cambie de colegio para que vayan a uno cerca de mi trabajo, y se deja ver cuando les acompaño al cole, porque no tiene ninguna orden de alejamiento. Los niños me hacen dar un rodeo para no pasar cerca de donde él vive, porque cada vez que le ven se alteran, se ponen fatal. También me han dejado gatos muertos en la puerta de mi casa o me envían taxis a mi dirección que yo no he pedido. Son cosas que no puedo denunciar, pero es un acoso constante", prosigue Ana.

Asistencia psicológica

"Intento llevar las cosas lo mejor posible. He recibido asistencia psicológica y tengo informes que confirman que he sufrido violencia de género. Pero mientras sigo a la espera de juicio cuatro años después, y con la sensación de que los niños están desprotegidos. Cuando el responsable de los abusos es el padre, los sistemas de protección no funcionan".