Turismo de catástrofes
Los restos del incendio de Valencia atraen a gran cantidad de curiosos
Decenas de personas se hacen 'selfies' con el edificio en ruinas o vienen desde fuera para ver la tragedia, mientras los comerciantes y vecinos piden respeto a las víctimas
Gonzalo Sánchez
"Hemos venido desde Manises para ver el incendio". Un grupo pequeño de personas se sienta en el césped de un parque cercano al edificio calcinado en la calle Maestro Rodrigo. Cerca de ellos una mujer de mediana edad se hace un selfie con la finca ennegrecida y un hombre mayor llega con su nieto y un perro: "No somos del barrio, hemos venido a ver el edificio", cuentan.
Este sábado cientos de personas paseaban por los aledaños del edificio incendiado en Campanar, entre la indignación de sus vecinos y comerciantes. Ciclistas que sacaban el teléfono de sus mallas para hacer una foto, o jóvenes con un trípode para grabar vídeos para redes sociales.
"No me hace ninguna gracia que vengan a ver esto como si fuera una falla", expresa un comerciante de la zona que prefiere mantenerse en el anonimato. Asegura que que estos días ha tenido que cerrar antes el comercio porque no soportaba la angustia de lo sucedido. El dueño de una peluquería explica que no sabe cuántos de sus clientes son de ese edificio.
"Ayer cerré antes el negocio para irme a casa porque no podía pasar más rato ahí, y de repente ví que había gente tumbada en el cesped enfrente de la finca quemada; le faltaban las pipas o las palomitas", cuenta indignado el comerciante.
La mayoría de vecinos y dueños de comercios consultados coinciden en lo mismo; intentan pasar lo menos posible por la zona porque no quieren volver a ver el resultado de la tragedia, ya que muchos tienen un conocido afectado directa o indirectamente por el siniestro, o viven en un edificio de construcción similar y no pueden quitarse de la cabeza el miedo de que pueda pasar lo mismo en sus hogares.
El morbo
"Me sorprende que la gente venga a verlo. No sé si entienden que cientos de familias lo han perdido todo", explica un dueño de un comercio. "Estos días he visto a gente de toda la vida del barrio llevando cajas, he ofrecido mi local para guardar cosas pero me han dicho que no les hace falta, es duro", relata. Critica "el morbo" del que muchas personas han pecado estos días al acercarse.
Victoria y Justo viven en una calle cercana al edificio. Dos días después del incidente, han decidido acercarse a la zona 0 para ver cómo ha quedado el lugar. "Vi el humo desde mi casa y, cada vez, era más negro. Empecé a seguirlo por la tele y ahora nos hemos acercado a ver", explican. En sus palabras, "nos hemos quedado impresionados porque es un palo muy grande". Si las imágenes en televisión eran impresionantes, todavía lo son más en el mismo lugar. "Parece que sea un edificio de guerra. Pasábamos todos los días paseando y duele verlo, pero lo que más impresiona es que las tiendas de abajo sigan intactas".
Ellos no son los únicos que han acudido al lugar. Desde las 9 h, vecinos y curiosos rodean el edificio y toman algunas fotos. Es el caso de Carlos Páramo. "Me quedé en shock cuando lo vi en la televisión. Yo vivo en otra zona de Valencia, pero trabajé aquí hace un tiempo, por lo que me quedé impactado", reconoce muy emocionado.
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