No fue, ni de lejos, el estreno soñado en la Liga Endesa. De hecho fue una auténtica pesadilla la que vivió el Valencia Basket en Málaga ante un Unicaja muy superior en prácticamente todas las facetas del juego. Tanto que, si algo quedó claro en el Carpena, es que hay mucho que mejorar para competir en los próximos encuentros. Por si fuera poco, Mike Tobey no pudo acabar el encuentro por una lesión en su hombro derecho que podría resultar de gravedad.

Trece puntos consecutivos sin fallo de Kyle Wiltjer complicaron las cosas ya desde el inicio (13-7; min. 4). El Valencia Basket no encontró soluciones para frenar al ala-pívot canadiense, al que sólo lograron ‘secar’ las dos faltas cometidas en apenas cinco minutos. Eso dio un poco de oxígeno en el partido a los taronja, cuyas sensaciones sobre la pista seguían sin ser buenas. A los problemas para controlar el rebote se sumó un ataque lento y previsible, además de unas lagunas defensivas que irían a más con el paso de lo minutos.

Pero paso a paso. Tras cerrar el primer acto todavía en partido (19-17), un 5-0 de parcial en el arranque del segundo comenzaron a disparar las alarmas (24-17; min. 12). La respuesta de los de La Fonteta llegó desde el 6,75 con tres triples consecutivos de Doornekamp, Sastre y Will Thomas (26-26; min. 14). Probablemente fue lo peor que le pudo pasar al equipo, que a partir de ese momento sólo supo atacar a su rival desde la línea de tres.

Esa falta de equilibrio fue abriendo cada vez más y más la brecha entre ambos equipos. Alberto Díaz se adueñó del partido, y eso multiplicó las opciones de un Unicaja que de la mano también de Jaime Fernández anotaba cada vez más fácil. Todo lo contrario que un Valencia Basket sin ideas y que encajó un parcial de 19-8 de ahí al descanso (45-34; min. 20).

La decoración apenas cambió tras el paso por los vestuarios. Pese a los intentos del Valencia Basket de buscar más alternativas ofensivas, el nivel de acierto seguía siendo muy limitado. Por si fuera poco lastre, atrás el equipo continuaba sin carburar y la desventaja aumentaba hasta los 18 puntos con relativa facilidad (58-40; min. 25). Ni Jaume Ponsarnau ni el equipo reaccionaron, llegando al último cuarto ya sin opciones de victoria en el electrónico (68-50; min. 30).

Curiosamente, ese fue el momento escogido por el técnico de Tàrrega para dar entrada a Sergi García en el choque formando pareja con Van Rossom. Un intento casi a la desesperada por intentar cambiar el guión del partido, aunque fuera ligeramente, pero que apenas dio frutos (76-55; min. 33).

Lo peor, sin embargo, estaba por llegar con la lesión de Mike Tobey. En una acción fortuita el pívot norteamericano se hizo daño en el hombro derecho y tuvo que retirarse a los vestuarios para que éste fuera inmovilizado. La lesión, antes de las primeras pruebas, podría ser muy importante. Fue la puntilla a la paupérrima propuesta del Valencia Basket en Málaga que, pese a la reacción en los últimos minutos para reducir el average, acabó cayendo por 86-73.