Una de las anécdotas del encuentro, porque no se puede calificar de otra manera, llegó con un empujón de Jaume Ponsarnau a Rafa Martínez para sentarle en el banquillo. La explicación está en que el de Tàrrega estaba apercibido de expulsión por las protestas del banquillo desde minutos antes y que ya habían costado una técnica. El capitán, como es habitual, no paraba de levantarse para animar a us equipo y también protestar, y en una de esas Ponsarnau le empujó para que se sentara y evitar así otra nueva sanción de los colegiados.

La acción no le sentó demasiado bien al capitán, al que incluso los compañeros tuvieron que calmarle en caliente en el banquillo. La cosa, como no podía ser de otra manera, no pasó a mayores entre dos personas que se admiran y respetan al máximo ya desde sus tiempos en Manresa.

"Rafa es un tío con mucho corazón y estaba levantado. El árbitro me había amenazado con expulsarme si seguían las protestas y antes de que lo viese le aparté. Pero vamos, que Rafa y yo nos hemos dado muchos empujones en esta vida y espero que sigamos dándonoslos", explicó el propio Ponsarnau.