Ya hay nuevo campeón de la Eurocup, y ese es el Valencia Basket. No hubo sorpresa ni lugar a la duda. Los taronja, rubricando el fortín en el que se ha convertido La Fonteta este curso en el torneo continental, pasaron por encima del Alba Berlín por 89-63 en un encuentro soberbio en el que, además, llegó también la 'resurrección' de Antoine Diot para el Antoine Diotbaloncesto. El excepcional partido del base francés, junto a hombres como Dubljevic, Matt Thomas o San Emeterio fue demasiado para un rival completamente desbordado a partir del ecuador del primer cuarto.

Lo más triste, por contra, fue el sorprendente descarte de Rafa Martínez junto a Sergi García para este tercer y decisivo partido de la final. El capitán, para el que significaba mucho estar en el 'roster', no pudo contener las lágrimas durante la presentación del equipo antes del inicio del choque. Luego, como no podía ser de otra manera, se dedicó a animar a sus compañeros y disfrutar con la enorme victoria y título del equipo. El tercero particular del de Santpedor en la competición, y cuarto para el club. De récord.

Y todo teniendo en cuenta que el partido no pudo comenzar peor para el Valencia Basket. Un muy mal balance ofensivo dio paso también a desajustes defensivos que permitieron al Alba anotar con mucha facilidad. Los nervios se dejaban sentir sobre la pista, y también la tensión tras un 0-11 de inicio en cuatro minutos. Jaume Ponsarnau decidió entonces dar entrada a Dubljevic por un desacertado Tobey y a Matt Thomas por Vives, que había salido de inicio junto a Van Rossom tras superar su lesión.

Remontada

Con esa rotación comenzó a cambiar el partido. El pívot montenegrino condicionó por completó la defensa alemana, y gracias a ello comenzaron a llegar los puntos de los locales. Algo en lo que fue determinante el acierto también el acierto exterior del escolta norteamericano. El tercero en esta ecuación, y tal vez invitado inesperado, fue Antoine Diot.

El base francés puso una marcha más al partido equipo, también en defensa, colapsando por completo la dirección rival y su margen de maniobra. Todo eso al tiempo que golpeaba cada vez con mayor asiduidad y frescura la canasta berlinesa. Tanto es así que el parcial en los siguientes trece minutos fue de 40-12 (40-23; min. 17).

El quinteto formado por Diot, Matt Thomas, Doornekamp, Dubljevic y Labeyrie había decantado claramente la balanza hasta una máxima renta de 17 puntos, pero no estaba nada ganado ni mucho menos. Así se encargó de recordarlo el Alba Berlín, que se puso a nueve en apenas un minuto de la mano de Siva y Giedraitis (40-31; min. 18). Pero con el regreso de Diot a pista la sangre no llegó al río y el Valencia Basket alcanzó el descanso con una cómoda renta (46-33; min. 20).

La consigna tras el paso por los vestuarios era clara. Mantener la intensidad y no bajar el ritmo lo más mínimo. Así lo hicieron los valencianos, que con el apoyo incansable de La Fonteta tuvo también la inteligencia para leer el partido a la perfección y continuar castigando cada vía de agua que mostraba el Alba en su defensa. Pero todo resulta más fácil cuando cuentas con un gran cerebro en la operación. Ese fue Antoine Diot, cuya clarividencia ofensiva y exhibición de facultades en defensa catapultó a los taronja hasta una máxima de 22 puntos en el tercer cuarto (63-41; min. 28).

El juego coral del Valencia Basket apenas encontraba oposición en un Alba Berlín cada vez más desquiciado y que sólo necesitaba un último golpe para arrojar definitivamente la toalla. Llegaría tras una gran acción de San Emeterio a seis minutos del final (72-49; min. 34), y que ya convirtió La Fonteta en una auténtica fiesta hasta el final del partido (así vibró la afición de La Fonteta). Entre otras cosas porque los locales quisieron honrar a la final y a su rival peleando cada balón hasta el último segundo. Fue, sin lugar a dudas, el final soñado.

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