Mucho tendrá que mejorar el Valencia Basket de cara al partido del próximo sábado ante el Barcelona en Madrid si quiere meterse en la final de la Supercopa Endesa. El partido de presentación de este domingo en La Fonteta dejó claro que aún falta mucho trabajo por hacer, para acoplar a los nuevos fichajes y engrasar los mecanismos del equipo a la espera de la llegada de Quino Colom y Louis Labeyrie, ausentes al jugar la final y el tercer y cuarto puesto del Mundial.

Jaume Ponsarnau apostó por un primer quinteto oficial en La Fonteta con dos de los nuevos fichajes, Jordan Loyd y Jordan LoydMaurice Ndour, acompañados por Vives, Doornekamp y Mike Tobey. Y fue precisamente el senegalés, que fue padre horas antes de su estreno en València, el que abrió el marcador y un parcial inicial de 6-0 para los taronja. Una ventaja que se mantuvo hasta el 14-8, pero que se diluyó al final del primer cuarto con un 2+1 de Miquel Salvó que igualó el partido a 21.

El técnico taronja ya había dado minutos a los once jugadores disponibles del primer equipo en esos primeros diez minutos, en busca de encontrar las mejores sensaciones de cada uno, con la Supercopa en el horizonte. Pero a pesar ser el último partido de la pretemporada, al equipo aún demostró estar falto de ritmo.

Los porcentajes de acierto en el tiro bajaron en el segundo cuarto y el San Pablo Burgos ganó también la batalla en la pintura, con 19 rebotes antes del descanso, seis más que los locales. Ello sumado a un parcial final de 0-7 para los de Peñarroya hizo que el San Pablo Burgos se fuera al descanso con un inquietante 36-51.

El Valencia Basket estaba obligado a reaccionar y así lo hizo al inicio del tercer período, con un parcial de 17-2 que les metió en el partido, gracias también a la mejoría defensiva que provocó el menor acierto de los visitantes en el tiro exterior. Dubljevic, en su primer partido de la pretemporada tras su participación en el Mundial, asumió la responsabiliad ofensiva y con nueve puntos en el tercer cuarto, mantuvo a los de Ponsarnau en el partido a pesar de los triples de Benite, Barrera y McFadden.

Una canasta de Sastre permitió afrontar los últimos diez minutos solo cuatro puntos abajo (60-64) pero McFadden de nuevo aumentó la ventaja hasta los siete puntos con un triple, la mejor arma del Burgos en este partido. Y es que tras el suyo, otros de Javier Vega y de Ferran Bassas hicieron que de poco sirviera el acierto cara al aro de Sastre y Van Rossom. El partido se le escapaba al Valencia Basket (81-90) y con él un nuevo Trofeo Ciutat de València, el tercero consecutivo.