El próximo lunes 25 de mayo es la fecha límite marcada por la Euroliga para decidir si reanuda la competición o se da por cancelada definitivamente. Una fecha en la que, teniendo en cuenta el escenario actual de la pandemia por coronavirus, se antoja más que complicado que pueda haber una resolución clara y definitiva para volver a jugar.

En este sentido la sensación entre los equipos, entre ellos el Valencia Basket, es que será muy difícil que se pueda concluir la temporada en el máximo torneo continental pese al ofrecimiento de ciudades como Atenas (Grecia), Belgrado (Serbia), Kaunas (Lituania) y Colonia (Alemania) para ejercer de sede única.

En cuanto al formato y las fechas, la idea inicial era que, entre el 4 y el 26 de julio, los 18 equipos del torneo disputasen en la sede escogida las seis jornadas que restan de la fase regular y, de ahí, luego los ocho primeros jugasen un playoff a partido único del que saldría el campeón de la temporada 2019/20..

Una opción que el Valencia Basket pues, en teoría, su participación en la próxima edición del torneo continental depende de acabar dentro de los puestos de playoff. Una posición que ahora mismo no ocupa ya que se encuentra en la décima plaza a un solo triunfo del séptimo y octavo puesto que ocupan el Khimki y el Fenerbahçe.

En este sentido, los taronja parten en una situación de privilegio pues durante el confinamiento ha tenido a todos sus jugadores trabajando en sus domicilios en Valencia y lleva ya casi tres semanas trabajando en L’Alqueria del Basket. Algo que no pueden decir la mayoría de los equipos del torneo.

Y es que por un lado tienen a la mayoría de sus jugadores fuera en sus países de origen, y por otro más de la mitad de equipos no han vuelto tan siquiera a entrenar. En este sentido, el ASVEL Villeurbanne, Anadolu Efes, Fenerbahçe, Panathinaikos, CSKA Moscú, Khimki, Zenit San Petersburgo o Maccabi Tel Aviv son algunos ejemplos.

Es por ello que, a pesar de los esfuerzos del organismo que preside Jordi Bertomeu por intentar finalizar la temporada y minimizar las pérdidas económicas, lo cierto es que la mayoría de los equipos participantes no están muy por la labor de seguir compitiendo este verano. Simplemente no les compensa. No digamos ya a aquellos que no tienen ninguna opción a nivel deportivo.

No es el caso del Valencia Basket, que sí las tiene y además posee toda la infraestructura y logística necesaria para afrontar ese final de temporada con todas las garantías. Es la consecuencia de ser uno de los proyectos más sólidos y solventes de la competición. Algo que la Euroliga, en caso de no poder finalizarse la temporada, debería tener muy en cuenta de cara a la próxima temporada.

Una opción, en caso de que optase porque no repitiesen los 18 equipos actuales, podría ser el tema de las ‘wild card’. Hay que recordar que, a pesar de las cuatro derrotas consecutivas antes de la suspensión por la pandemia del coronavirus, el Valencia Basket es el segundo equipo en la clasificación sin contar a los 11 con Licencia A. Sólo le supera el Khimki, séptimo y a una sola victoria de los de La Fonteta.

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