El Eibar tiene jugadores en duda y la baja segura de Fabián Orellana, sin embargo, las sensaciones en sus últimos partidos han servido para normalizar su clasificación y romper con una dinámica de resultados dramática durante octubre, noviembre y principios de diciembre. Buen punto en San Mamés y triunfo rotundo ante el Granada en Ipurua. Dos porterías a cero consecutivas por primera vez esta temporada, que son tres sumando la eliminatoria de Copa del Rey ante la SD Logroñés. El Valencia examinará esa tendencia al alza porque la realidad del equipo de José Luis Mendilibar advierte una temporada de mucho sufrimiento para mantener la categoría y poca tranquilidad.

Lejos de Ipurua, los armeros sólo han ganado en Butarque, pero han rascado puntos en El Sadar, en el Ciutat, en el Benito Villamarín y en San Mamés. El mejor Valencia puede y debe superar al Eibar, pero los precedentes advierten de la dificultad y del peligro. Los de Mendilibar llevan tres temporadas sin perder en Mestalla y sin conceder goles: 0-4, 0-0 y 0-1. En febrero de 2017 el doblete de Sergi Enrich más los goles de Adrián y Dani García concretaron una de las derrotas más dolorosas de los últimos tiempos. En abril, el zarpazo de Charles en el minuto 93 estuvo cerca de complicar la cuarta plaza. La derrota, después de un buen partido del Valencia, hizo que los de Marcelino perdieran la iniciativa en la lucha por la Champions. Luego la recuperaron por los errores de Getafe y Sevilla, pero la jornada 35 finalizó con los dos adversarios a tres puntos. El Eibar pudo engordar la lista de bestias negras del Valencia y con el plus de hacerlo en el año del Centenario.

Sinónimo de máxima tensión

Los Valencia-Eibar han sido sinónimo de dificultad y tensión para los locales, también de polémicas: un gol anulado a Zaza -por un fuera de juego inexistente- también elevó el ritmo cardiaco del equipo en la lucha por la cuarta plaza 2017/18. De Jaime Latre a Munuera Montero, que expulsó a Carlos Soler con una roja extraña.

El viejo Charles ha perdido protagonismo y colmillo, pero el Eibar tiene claras las ideas; es el tipo de rival que siempre conviene respetar.