El exportero del Valencia CF recibió el alta médica el pasado 14 de abrilel alta médica después de estar dos semanas ingresado en el Hospital 9 d'Octubre. El de l'Alcúdia, contagiado de coronavirus, dio negativo en los últimos test y regresó a su domicilio particular para acabar de recuperarse con los suyos. Desde allí ahora cuenta su desgarrador relato de todo lo vivido en el último mes.

Sospecha que se contagió en el tren de Barcelona a València después de trabajar en un partido de la Europa League, cuenta su ansiedad, el dolor que le impedía levantarse hasta de la cama, la presión en el pecho, su nerviosismo, la incertidumbre, el miedo a contagiar a su familia, su angustia y al mismo tiempo cómo se obligaba a comer y, por encima de todo, el respeto al virus... Esta es la entrevista completa de Palop al club:

¿Cómo está?

Bien, ya bien, hoy es el último día que me queda en aislamiento aquí en casa. Estoy en una habitación porque cuando salí del hospital los doctores me recomendaron una fase de aislamiento en casa. Tengo muchas ganas de poder volver a abrazar a mis hijos y a mi mujer.

Ya ha pasado lo peor, afortunadamente.

Sí, hoy es el último día, ya ha pasado la cuarentena, que es lo que me propuso la neumóloga y a partir de mañana ya a hacer vida normal en casa con mi gente. Tener a tu gente a tu lado y poder darles un abrazo es fundamental, son pequeñas cosas que te dan mucha vida después de doce días en el hospital y quince días aquí encerrado. Al salir del hospital me dijeron que no tuviera ningún contacto con la familia porque es un virus del que no tienen todavía toda la información y hay que extremar precauciones. Mi mujer me traía la comida con la mascarilla y los guantes, me lo traían con una bolsa de plástico para no tocar nada y mi ropa la lavaban también con una bolsa de plástico.

¿Cómo lo ha vivido?

Durante todo este tiempo estado buscando la respuesta, a ver cómo de dónde me vino el virus. Yo creo que fue el último jueves de Europa League, estuve en Barcelona y vine en Euromed hacia Valencia. A partir del día 14 estuve en casa toda la semana y estaba bien, muy activo, ayudando a mi mujer en casa... Pero la semana siguiente empecé a tener un poco de tos, empezó a dolerme la cabeza, tenía presión en el pecho... Síntomas que no me gustaban. Aguanté un poco porque pensaba que podía ser un poco de ansiedad. Lo que más me molestaba era la tos, fue incrementándose y en cuanto tuve fiebre aumentó mi preocupación, así que fui al hospital a que me viera el médico. Si no tienes grandes síntomas no te hacían la prueba, pero en cuanto me hicieron las placas y el análisis lo vieron que no era normal. Estuve 12 días ingresado en el Hospital 9 d'Octubre. Estaba muy mal, no podía ni levantarme de la cama. Como no conocen el virus tienen que estar controlándote prácticamente cada hora.

¿Llegó a tener miedo?

Sí, lo pasé mal. Una vez te dan el positivo te entra mucho miedo. Preguntas a la neumóloga o al médico y no te dan una respuesta en firme. Es muy inestable, es un virus que no conocemos y ahora puedes estar bien, pero dentro de cuatro horas estar mal. Te crea nerviosismo, incertidumbre y tienes miedo de contagiar a tu familia. Gracias a Dios ellos no han tenido ningún problema, en el momento que yo fui al hospital ellos se pusieron en cuarentena durante quince días.

Qué importancia tienen los sanitarios que combaten en primera línea de batalla contra el virus...

Sí, son una pieza fundamental para los enfermos. Están en contacto con nosotros, es un contacto mínimo, apenas les ves los ojos, no puedes reconocer a nadie, pero cada vez que vienen a vernos y hacernos pruebas tienes una mínima conversación con ellos y puedes empatizar. Están muy volcados con los enfermos y a mí me han dado una asistencia increíble, estoy muy agradecido con el trato cariñoso que tuvieron conmigo y con todos los pacientes de la planta en la que están los enfermos de COVID-19.

¿Le ha ayudado tu espíritu competitivo a superar el virus?

Sin duda. La mentalidad es fundamental para superar esta enfermedad, a lo largo de mi vida yo he tenido las cosas fáciles o difíciles, pero siempre he competido y me ha gustado crecer. Cuando trabajaba en el campo con mi padre me gustaba ser el mejor de todos trabajando, luego en la portería tenía la misma mentalidad. Había un momento en el que tenía la sensación de que no tenía hambre y tenía angustia, pero me decía que tenía que comer para no debilitarme más porque si el virus te ve débil se te come. Intentaba siempre ir hacia adelante.

Está claro que esta es la mejor parada de su vida.

Bueno... Al final, cuando te dicen... ¿Tú que deseas? Yo siempre pido salud. Es el motor de esta vida. Sin salud no puedes hacer nada. Es lo principal. Me ha pasado una pequeña factura y superarlo es un triunfo muy grande. Volver a hacer tu vida y las cosas que a uno le gustan es lo más grande que uno puede tener.

La ausencia de partidos seguro que le da para recordar momentos históricos, el fútbol da lugar a grandes escenas de compañerismo.

Si puedes ganar títulos como los ganamos en el Valencia CF es muy bonito, pero lo que queda es el compañerismo, la amistad que haces con otros jugadores. En este sentido, el Centenario fue impresionante, nos vimos todos en una cita histórica. Fue impagable.

¿Por último, qué mensaje traslada a la gente que pueda estar leyendo su testimonio sobre el COVID-19?

A la gente que no está contagiada y está bien de salud lo más importante es que no se relaje, que tenga respeto al momento que estamos viviendo, que siga manteniendo todas las precauciones, siempre son pocas. Muchas veces piensas que no te va a tocar porque estás bien o eres joven, hay que tener mucho respeto y hacer caso a lo que nos recomiendan. Solo así podremos avanzar. A la gente que lo está pasando darle mucha fuerza, mucho positivismo, que intenten mantenerse fuertes, que se distraigan y que intenten apartar todo lo negativo centrándose cada uno en las cosas que le gustan para disfrutar y dejar atrás esta situación.