Liberación y rugido en Mestalla (1-0)

El Valencia, al abrigo del estadio y la templanza de Baraja, vuelve a ganar después de tres meses y medio en un partido trepidante y sale de posiciones de descenso

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Al noveno intento, tres meses y medio después, el Valencia por fin pudo sumar un triunfo liberador, que permite al equipo de Rubén Baraja escapar momentáneamente de las posiciones de descenso. Un triunfo justo y sufrido por fases , contra una Real Sociedad con números temibles, que no pudo contrarrestar el tanto en propia puerta de Zubeldia provocado por Samu Lino, el gran agitador del partido de un equipo de pulso coral. Fue una noche en la que el valencianismo se reencontró con su genuina atmósfera futbolística, en el regreso del Pipo al estadio en el que marcó época. Trece años después, con más arrugas, con la voz ronca, pero con la misma aureola legendaria. Y dotando al equipo de los primeros rasgos de su personalidad. El Valencia ganó con una demostración de sobriedad, equilibrio y constancia, sin renunciar al segundo tanto, recuperando la portería a cero. Queda un mundo para alcanzar la permanencia, la condena de la (des)administración Lim, pero el Valencia demostró que está muy vivo.

Pese a la seguridad con la que se despliega la Real Sociedad y a pesar del lastre anímico que arrastra un Valencia estigmatizado y con una amarilla tempranera , el equipo de Rubén Baraja no se precipitó en el inicio del partido y esperó su momento, con un Mestalla más activado que respecto al duelo precedente frente al Athletic. Los primeros avisos fueron de la Real, con dos intentos lejanos a cargo de Diego Rico y un centro de Oyarzabal que tomó un efecto endiablado al rozar ligeramente en la bota de Foulquier. En ambas ocasiones, aún con los guantes fríos, Mamardashvili reaccionó con solvencia.

Hugo Duro, eufórico frente a la Real Sociedad

Hugo Duro, eufórico frente a la Real Sociedad / JM López

El Valencia mostró su garra

Nunca desesperaba el Valencia, que orientaba casi todo su fútbol asociándose por la izquierda, en la que se juntaban Lino, Castillejo y Lato buscando la superioridad sobre Barrenetxea. Y en el minuto 22, cruzada la frontera de la gran pitada de Mestalla a Peter Lim en el 19, por fin la primera para los blanquinegros. Jugada cocinada desde el flanco zurdo, que cambia de lado para acabar a pies de Foulquier, con internada y centro frenado por Kubo, que llega a Musah que entraba desde la frontal para definir alto. No fue gol, pero sí un estímulo considerable para los de Baraja y para un Mestalla hambriento de fútbol.

La vía para insistir una y otra vez estaba clara, con Lino percutiendo a la espalda de Barrenetxea. Y así vino el gol, en una contra astuta con pase de Lato a Lino, que gana la carrera y se posiciona para rematar, optando por el pase a placer hacia Hugo Duro, desviado a gol por Zubeldia en su intento de despeje. El premio más anhelado, la felicidad reencontrada, llegaba en el momento psicológico perfecto, a cinco minutos del final del primer acto.

Diego Rico, derribando a Castillejo

Diego Rico, derribando a Castillejo

El VAR anuló un penalti a Hugo Duro

La segunda mitad comenzó agitada, en un saque de esquina, en el primer minuto, en el que Le Normand alcanzaba a rematar mordido, pero ajustado al palo, con Giorgi de nuevo al rescate. En la réplica inmediata, Lino combinaba con Hugo Duro, que quiso provocar el penalti al cruzarse con Álex Sola. Hernández Hernández picó, en primera instancia, pero el VAR certificó que la caída del delantero madrileño se teatralizó en exceso. La Real Sociedad empezó a bombear balones, buscando la referencia de Sorloth. El Valencia, serio en defensa, retrocedió con orden y buscó contragolpes. Como en el 56, en la contra iniciada por Lino a la carrera al galope de Samu Castillejo. El extremo malagueño tiró de técnica cuando se quedó sin oxígeno al llegar a la frontal, pero recortó con elegancia para buscar dos veces el disparo, uno bloqueado por Remiro y otro desviado por poco. “A por ellos”, cantaba Mestalla.

Hernández Hernández, anulando el penalti señalado sobre Hugo Duro

Hernández Hernández, anulando el penalti señalado sobre Hugo Duro / JM López

Sufrimiento final

La sentencia no había llegado y era lógico que con la escasa renta los minutos finales fueran de mayor protagonismo realista. Baraja introducía a Thierry, tras su larga lesión, para dotar de más energía al Valencia en el tramo final con un doble lateral. La realidad fue que el Valencia volvió a estirar líneas, sabedor de que el mejor modo de proteger el 1-0 iba a ser buscando el segundo. La entrada de Jesús Vázquez fortaleció al Valencia en oleadas huracanadas. En el 77, Remiro se lució con una palomita espectacular para abortar el primer zurdazo del hijo de Braulio. En el 79 Lino casi rubrica su partidazo con un disparo al poste. Imanol recetó la última ofensiva, en un descuento que se hizo tan largo como los tres meses y medio sin victorias. Pero el Valencia se refugió en la templanza de Baraja y en el rugido de Mestalla para volver a creer.