El Valencia esquiva la bala en Cartagonova (1-2)

El equipo de Baraja necesita una prórroga y una hora en superioridad numérica para remontar la orgullosa resistencia del Cartagena y pasar a octavos, con goles de Canós y Gayà

Los jugadores del Valencia celebran el gol de Gayà en cartagonova

Los jugadores del Valencia celebran el gol de Gayà en cartagonova / JM López

Vicent Chilet

Vicent Chilet

El Valencia sigue adelante en la Copa del Rey, no sin dificultades, nadando a contracorriente, necesitando la prórroga y una hora en superioridad numérica para tumbar la resistencia orgullosa del Cartagena, colista de Segunda división. Con goles de Sergi Canós y Gayà (en tiempo extra), el equipo de Rubén Baraja dio la vuelta al tempranero tanto de Ortuño. Un labiorioso triunfo que manda un aviso. El Valencia, que venía en línea ascendente, sólo es competitivo si se emplea al 100% de su capacidad, motivación y acierto. Un equipo más joven, desde hoy, todavía más joven. Con 16 años y 2 meses, David Otorbi Ejededawe se convierte en el futbolista más joven en vestir la camiseta valencianista, superando el récord que durante 30 años ostentaba el delantero Diego Ribera.

Solo había pasado un minuto y medio de juego cuando el lateral Iván Calero, el hijo del entrenador local Julián Calero, recibía en solitario y definía demasiado cruzado ante Jaume. Un susto que no activó al Valencia, que en el minuto 4 ya estaba por debajo en el marcador. Damián Marcelo Musto, un mediocentro trotamundos de 36 años, que ha desembarcado en Cartagonova tras pasar por puertos secundarios argentinos, uruguayos, mexicanos e italianos, no vio oposición alguna para armar libremente un pase en profundidad mal medido por Mosquera y perfectamente orientado en su control por otro veterano como Ortuño, que batió a placer a Jaume Doménech.

Reaccionó muy tímidamente el Valencia, que pasó a a dominar territorialmente el partido, a gusto de un Cartagena cómodo en el repliegue de filas. La partitura valencianista sólo era interpretada por un solista, Javi Guerra. El de Gilet se ofrecía, cambiaba de orientación la pelota, recortaba en la frontal para buscar el remate, pero no era acompañado por el resto del equipo, muy espeso. Era un Valencia muy previsible, que tardó 27 minutos en avisar a Lizoain. Fue en un envío perfecto de Javi Guerra, con la curva y tensión ideales, a media altura y difícil de medir para los centrales. No conectó bien el remate de plancha Alberto Marí. El movimiento de Baraja de intercambiar de banda a Fran Pérez y Diego López empezó a deshilachar la organizada defensa cartagenera.

Fue justo en el momento en el que se embarró el partido, en dos faltas sobre Fran Pérez. En la primera, Musto convocó una tangana que acabó con reparto de amarillas entre él y Pepelu, la víctima a la que fue a buscar. En la segunda, Figueroa Vázquez mostró una roja muy discutible sobre Iván Calero, tras un plantillazo sobre Fran. Se armó de nuevo un ‘ball de Torrent’ con el que acabó la primera parte y que anticipaba el escenario de la reanudación: ánimos caldeados, cerrojo local y obligado retoque táctico de Baraja para aprovechar la superioridad numérica.

Cambios ofensivos que mejoraron al Valencia

El Pipo retiró un mediocentro, como Guillamón, y colocó a Yaremchuk en ataque, mientras que Sergi Canós reemplazaba a Fran Pérez. Se arremolinó el Cartagena atrás, y la única vía para adentrarse en la bunkerizada defensa era por las bandas. Por el flanco izquierdo de Jesús Vázquez se generó en el minuto 56 la opción de remta para Diego López, repelida a córner. A falta de media hora, insistiendo en la necesidad de abrir la resistencia local, Baraja daba entrada a dos de sus capitanes general, Gayà y Hugo Duro. Ante un rival muy cerrado, también había que buscar la media distancia, como Javi Guerra en el 63. Y de la frontal llegaría el empate, en el 74, antes de que el desenlace se envenenara. En un saque de esquina, en la única distracción del Efesé, Sergi Canós recibía con comodidad y definía por la escuadra. Los disparos secos en parábola son marca de la casa en el de Nules.

Al Valencia le quedaba todavía tiempo para evitar la llegada de la prórroga, a la que se aferraba un Cartagena que sólo tenía a Isak Janson, entrado de refresco, como un islote en ataque. Baraja daba entrada en banda a David Otorbi, con solo 16 años y 2 meses, que rompía el récord de la 93/94 de Diego Ribera como el jugador más joven en debutar en partido oficial en los 104 años de historia del club. La entrada del extremo, de origen nigeriano, aportó mucha frescura en el último tercio. De sus botas nacieron las mejores aproximaciones antes de la prórroga.

Thierry, frente al Cartagena

Thierry, frente al Cartagena / JM López

El tiempo extra dio oxígeno, hambre y motivación a un Cartagena que salió respondón. En la primera jugada de la prórroga, Lautaro se sacó un derechazo que obligó a Jaume a lucirse. El de Almenara lo celebraba puños en alto, en su línea gestual, preparando la guerra psicológica que podría llegar en los penaltis. En las manos del Valencia estaba evitarlo. En un remate tras recibir de espaldas lo intentó Yaremchuk. El Cartagena, con la habilidad de Ayllón para estirar al equipo, lograba salir de la cueva y atenuar un asedio que no llegaba. Pablo Gozálbez entraba como último revulsivo, en lugar del lesionado (malísima noticia) Pepelu. Nada más empezar el segundo tiempo de la prórroga llegaba el ansiado gol, del modo más insospechado. Gayà, tapado para centrar de zurda, recortó para buscar un envío a media altura con la derecha que no tocó ningún rematador ni defensa y, al botar, engañó a Lizoain. En los minutos finales, con 10 y sin fuerzas, el Cartagena se lanzó a la desesperada, exigiendo atención hasta el último aliento.