Qué fácil es pitarle al Valencia. Ese podría haber sido el eslógan de la protesta del club al respecto de los arbitrajes tras lo sucedido en el Benito Villamarín. La de ayer no es la primera y lo más preocupante es que seguramente tampoco la última. La sensación que anida en el seno del equipo, y así lo reflejaba Martín Montoya con sus palabras, es que el Valencia no goza del suficiente respeto arbitral. El club ha perdido capacidad de intimidación, más con una estructura arrasada y sin referentes.

En Sevilla, en una escena absolutamente improvisada, salió Juan Cruz Sol a lanzar un mensaje que roza lo políticamente correcto para denunciar el trato recibido por parte del estamento arbitral pero hasta la fecha los dirigentes del Valencia CF han permanecido callados mientras el equipo lideraba rankings de penaltis en contra, tarjetas y expulsiones.

El penalti no pitado tras la mano de Pezzella fue clamoroso.Pezzella Y así lo veía el técnico, Voro. «No lo he visto repetido pero los jugadores me han dicho que es muy claro, no podemos cambiar nada. Esperemos que estén más acertados. Nos ha perjudicado si es así. Es una pena porque es una jugada crucial. La mano está separada del cuerpo. Si es penalti es una jugada determinante en el resultado final, luego el partido no sabes dónde te puede llevar», explica.

El penalti señalado por supuestas manos de Abdennour en Eibar cuando los árbitros habían informado unas semanas antes de que este año no se iba a castigar esa acción -y poco tiempo después Fernando Navarro, del Dépor, no fue sancionado por ello-, el atraco ante el Barça en Mestalla, la rigurosa primera amarilla a Munir en Las Palmas que a la postre supondría quedarse con diez y dejaría al equipo casi sin probabilidades de ganar o la expulsión a Carlos Soler y el consiguiente penalti señalado por un manotazo con el que respondió a una agresión previa de EscalanteCarlos Soler. En lo que va de temporada los árbitros han perjudicado seriamente al Valencia en distintos episodios.

No es el mayor problema del equipo esta temporada, pero ahí está, abriendo un boquete cuando a lo demás le da por funcionar. ¿Ha llegado el momento de alzar la voz y protestar en la RFEF? «La verdad es que últimamente no estamos teniendo suerte con estas decisiones. Yo conozco al colectivo arbitral, estoy seguro de que quieren hacerlo lo mejor posible. Todo lo que sea protestar sobre esto tampoco vamos a conseguir demasiado. Están responsabilizados de que su labor es importante, saben cuando se han equivocado. Es verdad que las decisiones importantes no caen de nuestro lado, caen del contrario. No hay que perder la perspectiva y hay que seguir trabajando», dice Voro.