En mayo de 2017 Marcelino García Toral aterrizó con una obsesión -rebajar, drásticamente, la abultada cantidad de goles encajados por el equipo que iba a heredar- y con la etiqueta a cuestas de entrenador «defensivo». Una conclusión rápida a la que podía llegarse tras comprobar como en sus dos últimas campañas el Villarreal CF había logrado reducir por debajo del gol por partido el promedio de tantos recibidos. Al frente del Valencia CF, sin embargo, el asturiano está demostrando también una extraordinaria capacidad para explotar el potencial ofensivo que tiene entre manos. Los blanquinegros rozan la media de dos goles por encuentro, a un ritmo en 29 jornadas idéntico al de los campeones de Rafa Benítez en 2004, poseedores del récord goleador en lo que va de siglo XXI y en los últimos 51 años.

Hasta noviembre el Valencia firmó unas cifras goleadoras de otra época, 33 dianas en 13 jornadas, 2.55 tantos por encuentro, más propias del mítico conjunto de la delantera eléctrica de los años 40; algo que hoy en día sólo alcanzan equipos construidos a golpe de talonario como Barcelona o Real Madrid. Después de dos meses complicados con una dura serie de lesiones, los valencianistas han vuelto a ser un rival temible en ataque. Dos tantos de media en febrero y 2.3 en marzo. Únicamente Barça y Madrid marcan más goles que el Valencia 17/18. Un hecho, el de ser el tercer club más goleador del país, que no sucedía desde el último curso de Unai Emery, 11/12.

De Machado a Machado

Un ‘viaje’ por la historia da buena cuenta de la dimensión goleadora del Valencia actual. Si el cociente de goles a favor a estas alturas de Liga es igual al de la ‘máquina’ del Doblete, para datar la existencia de un equipo con una media de goles por partido igual o superior a la de los chicos de Marcelino al concluir la competición hay que retroceder 53 años en el tiempo. Al Valencia de Waldo Machado en 1965. Los máximos artilleros de aquel bloque -dos años atrás campeón de la Copa de Ferias- fueron el cañonero brasileño (21 goles), Navarro (9) y Guillot. Otros diez jugadores perforaron las redes rivales para sumar 59 dianas, colocar cuarto al club y volver a clasificarlo para la joven copa europea de ciudades en Feria. En 1967 el conjunto entrenado por Mundo levantó la Copa en el Santiago Bernabéu después de vencer 2-1 en la final al Athletic y anotar 20 goles en los nueve duelos del torneo del K.O. En la Liga el Valencia había vuelto a rozar el promedio de dos tantos por partido (1.93) y Waldo se coronó como ‘pichichi’ con 24 en su haber. Curiosamente, hoy el killer blanquinegro también es de origen brasileño y se apellida igual: Rodrigo Moreno Machado

Hasta Wilkes, Badenes y los eléctricos de los años 40

Hoy en día, los de Marcelino cuentan con motivaciones de peso para sellar cuanto antes el pase matemático hacia la Champions: tercer o segundo puesto, el récord de 77 puntos, encajar menos de 40 tantos... y los dos goles por encuentro. Aún se debe retroceder más, a mediados de la década de los 50, para dar con un conjunto capaz de superar esa media. El más próximo es el del curso 54/55, el Valencia de Badenes el hombre del gol por partido, Buqué y la estrella Faas Wilkes El holandés, pese a llegar a València con 30 años procedente del Calcio, no tuvo problemas para hacer 38 goles de Liga en tres años en el club. En 1954 las siete dianas del depredador de Castelló, Badenes, y las seis logradas entre Fuertes (3) y Seguí (3) habían conducido a un Valencia arrollador en ataque a su tercer título copero.

En los años 40 Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza sellarían con el Valencia CF un rendimiento ofensivo para la posteridadEpi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza. Más de tres dianas por duelo. Hoy corren otros tiempos, pero las cifras de los de Marcelino revelan la excelencia de un trabajo equilibrado. El equipo camina también cerca de reducir por debajo de la unidad -ahora, 1.06- la media de goles encajados.