Primero, la Juventus ya era un gran equipo sin CristianoCristian. La llegada del portugués está proyectada para seguir creciendo a todos los niveles y dar un salto en Liga de Campeones. Es una cuestión estratégica, después de dominar durante siete temporadas en Italia, el siguiente paso está en volver a una final de Champions -han jugado dos en los últimos cuatro años- y ganarla. Si en 2016 firmaron a Gonzalo Higuaín por 90 millones para consolidar su dominio en la Serie A, firmando al goleador más importante del campeonato y debilitar a una fuerza creciente como el Napoli, ahora han repetido maniobra. Más de 100 millones de euros por el futbolista que sienten que ha marcado la diferencia para el Madrid en la competición, en la final de Cardiff (dos goles) y en los últimos cuartos de final (tres goles en la eliminatoria, incluyendo la chilena en Turín). Ese es el nivel.

El fichaje de Cristianode un club que hace sentir su historia y su proyecto de vanguardia, sin réplica en Italia. La continuidad de Alex Sandro y Miralem Pjanic o el regreso de Leonardo Bonucci subrayan la línea: dominar y conquistar. Por experiencia y trayectoria, la Juve es un bloque maduro, en un punto distinto al del Valencia. El club volvió a ganar con Antonio Conte, pero ha dado el salto con Massimiliano Allegri. Marcelino

Marcelino tiene un reto tremendo. Delante tendrá un entrenador cuyo manual solo admite la victoria. En ese sentido, hay que desterrar una idea fundamental: la Juve no es un equipo sofisticado o vistoso, no te descose a pases. Al contrario, te mata al contragolpe. Su dominio territorial no va con la posesión, impone su autoridad mordiendo, empujando, llegando rápido, disparando, centrando. Hay plan A, B y C. Lo demostró ante el Sassuolo.

El domingo comenzó con un 4-3-1-2, con Dybala de enlace más Cristiano, y terminó con una especie de 4-3-3 con el que abrió el campo a través de un extremo puro como Douglas. El brasileño es un jugador fundamental para acelerar, multiplicar el desborde y meter más balones al área. Las piezas se están ajustando. El fichaje del portugués ha llevado al croata a su posición original de nueve, por Higuaín. CR arranca desde izquierda, con Matuidi como equilibrador y Alex Sandro proyectado al ataque. Con o sin extremos, los laterales son fundamentales para Allegri, por eso han firmado a Cancelo.

La idea es correr por fuera, desbordar y centrar. Por eso es tan importante jugar compactos, no dejar espacios, cerrar las bandas. Por eso, Piccini, Gayà, Soler y GayàGuedes van a ser muy importantes, con una doble vertiente, taponar y atacar. También lo será el rol de Rodrigo como quinto hombre en un centro del campo donde la Juve tiene más presencia, física y técnica. Cerrar el primer pase de Bonucci, controlar a Pjanic, frenar el ritmo de la Juve, resistir al empuje de Matuidi, no dejar que Cristiano esté cómodo, ganar cada duelo a Mandzukic, ordenarse para robar y salir... La Juve exige un partido perfecto. Bernardeschi-Douglas o Dybala, desequilibrio por fuera o juego entre líneas. Habrá que adaptarse. La diferencia en números entre los dos equipos es tremenda: casi el doble de regates por partido de la Juve, más precisión, más duelos aéreos ganados, más disparos y más experiencia en grandes escenarios, aunque nunca han vivido Mestalla. Toca responder a las expectativas.

Así llega la Juve a Mestalla (uno por uno)

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El uno a uno de la Juventus