Soler y Ferran han intervenido de forma directa en seis de los últimos once goles del Valencia CF. En el último mes de competición han aumentado su dimensión hasta estabilizarse en el once de Celades. La mezcla de los dos eleva su impacto en las acciones decisivas del equipo -en ataque- por encima del 50 por ciento. No está nada mal. Los dos representan a la perfección el salto en pegada que está aportando la segunda línea. Soler ha firmado dos goles de llegador puro, ante Chelsea y Real Madrid. Ferran está exhibiendo una versión total: dos goles y dos asistencias. Y las estadísticas no computan el pase definitivo a Maxi Gómez en la derrota en el Villamarín (2-1) porque tocó antes en un defensa del Betis. Cuatro goles y dos asistencias en los últimos seis partidos, todos con enorme carga emocional y deportiva. Coincidiendo con una fase determinante de la temporada en la que se ha concretado la clasificación para octavos de la Champions y el equipo se ha conectado a la lucha por el top-4 en LaLiga también. No es fácil asumir la presión y querer responsabilidades en un club con el peso del Valencia, pero Ferran y Soler han demostrado que se crecen en el reto y han dado otro paso al frente, otro.

Carlos Soler más Ferran enchufados supone un lujo al alcance de muy pocos clubes del campeonato. En realidad, Celades tiene a toda la plantilla metida, obligado un poco por las lesiones y -sobre todo- por su gestión de recursos humanos, por sus decisiones. También por la mentalidad de los dos futbolistas. La plantilla está entregada a la causa. En esa dirección, los números descubren la aportación coral del grupo. Defensa, centro del campo y delantera están coincidiendo en un pico de rendimiento alto. Eso es lo que toca aprovechar en Pucela. El objetivo es mantener ese tono.

Versatilidad, recursos, desborde, llegada

Celades los ha encajado en el sistema demostrando que son compatibles, algo que no hace tanto parecía difícil. El míster aplica la lógica. Soler y Ferran pueden ser o no competencia directa, pero lo que se está haciendo evidente es que son complementarios, distintos y el Valencia alcanza una temperatura superior en registros cuando los dos coinciden sobre el terreno de juego. Soler es el centrocampista multirol de Celades. Ha jugado de interior, como mediocentro puro por delante de la defensa, en banda derecha y en banda izquierda, donde está ganando continuidad. La versatilidad también es otro punto a favor de Ferran, que ha explotado desde la derecha, pero fue decisivo por izquierda ante el Villarreal. Ante el Real Madrid fue delantero por exigencias del guión. Tiene el físico y los recursos, pero como extremo derecho está volando. Su temporada global es sobresaliente: cuatro goles y tres asistencias. Soler tiene 22 años. Ferran está en diecinueve. El papel de los dos ha sido decisivo y han aparecido en cada uno de los partidos jugados durante el último mes, que se cierra en Pucela. Sólo Rodrigo ha producido más (dos goles más tres asistencias) ha superado al de Foios en producción.

El Valladolid no podrá contar con Nacho, lateral izquierdo y futbolista básico en defensa y ataque. En la derecha, Pedro Porro no anda fino al cierre y podría entrar Moyano. No es partido para tener dudas en los laterales ante Ferran y Soler. Desborde, asociación y llegada. El proyecto no podía permitirse el lujo de no contar con Soler (blindado) y lo mismo sucede con Ferran, por renovar todavía. Son jugadores para hacer un esfuerzo. Los dos son valencianos y se formaron en la ciudad deportiva de Paterna. La coincidencia de dos centrocampistas de ese nivel resulta excepcional, inalcanzable en el mercado de no haberse producido en la Ciudad Deportiva. Y el equipo cuenta con Gayà, otro futbolista capital con el sello de la casa. Como lo son Kang In, Jaume Costa y Domènech.