Guadalajara. Estado de Jalisco. Municipio de El Salto. Oeste de México. A 9.000 kilómetros de distancia de España. Allí, entre mariachis y tequilas, juega el Valencia CF. El otro Valencia. El que no compró Peter Lim. Un equipo de fútbol hecho a imagen y semejanza de la entidad de Mestalla fundado en 2014 por la familia Solís, que compite en una liga local de la Fundación Rafael Márquez -nutre a equipos profesionales-, que juega con las camisetas Puma de la actual temporada y nació por la influencia de los títulos de liga de Rafa Benítez y el fichaje de Andrés Guardado en el verano de 2012. Increíble, pero cierto.

La historia del Valencia CF de México comenzó hace seis años. Los hermanos Solís, Toño y Manuel, fundaron en 2014 un equipo para competir en la liga local de la Fundación del exjugador mexicano del Barcelona Rafael Márquez. Había que ponerle nombre y Toño lo tuvo claro. Sentía admiración por el Valencia. Había disfrutado con las ligas de 2002 y 2004 y solo hacía dos años que uno de sus jugadores favoritos, Andrés Guardado. No lo dudó. «Se llamará Valencia y jugaremos con las camisetas del Valencia». SUPER se ha puesto en contacto con su fundador, Toño, para conocer más de cerca la historia. «El nombre de Valencia lo elegimos porque era un equipo que no se achicaba. Recuerdo las dos veces que se proclamó campeón y me encantaba cómo jugaba. Por si fuera poco ficharon a mi compatriota Andrés Guardado», añadía.

Se quedaron con el nombre y también con las camisetas. El Valencia de México, como no podía ser de otra forma, compite con las nuevas camisetas Puma y el escudo en el pecho. «El uniforme blanco con el naranja nos gustaba mucho también, es bonito y elegante, compramos el de manga larga, luce mucho. Tenemos planeado comprar el negro de manga corta, pero todavía no nos alcanza el presupuesto. Hay jugadores muy jóvenes, entre 16 y 19 años, y sus ingresos económicos son muy cortos», explicaba.

La plantilla tiene 17 jugadores y ocho de ellos forman parte de la familia Solís. «Juega mi hermano, un hijo mío, un primo y cuatro sobrinos. Los demás son amigos cercanos a la familia», nos cuenta Toño. Son Francisco, Guadalupe, Antonio, Jayro, Aldo, David, Samuel, Zair, Cristian, Gustavo, Edgar, Manuel, Alejandro, Crístofer, Humberto, Jonathan y el propio Toño. Ellos sí son una verdadera familia.

El Valencia de México ya es toda una institución en esta liga local de 16 equipos. Sus vitrinas comienzan a llevarse. «Tenemos tres subcampeonatos de Copa, cuatro liguillas y actualmente estamos jugando los cuartos de final y esperamos seguir avanzando hasta llegar a la final». Ilusión no les falta. Ahora todo está paralizado por la pandemia mundial del coronavirus, pero entrenaban dos días por semana de 17:00 a 18:00 y competían los domingos de 08:00 a 20:00 en las instalaciones de Rafa Márquez. Ahora entrenan por separado con la ilusión de retomar la liga y llevar al Valencia a lo más alto.

El deseo de Toño y su Valencia es que su club «hermano» de España también remonte el vuelo. Esta temporada han sufrido demasiado los partidos por televisión desde México y confían en volver a ver al Valencia campeón. «Es triste ver que una institución como el Valencia con toda la historia qué tiene, esté pasando por esto, pero pronto pasará y volverá a la normalidad, tengo mucha fe en volver a ver al Valencia campeón, no pierdo la esperanza. Es muy complicado competir en una liga con el Real Madrid y el Barcelona, el Valencia no tiene tanto poder administrativo y está saliendo perjudicado por los árbitros. He visto jugadas dudosas y las han dejado de señalar, todo eso perjudica», aseguraba Toño.

Aunque el verdadero sueño de todos ellos es viajar a València y disfrutar del club en primera persona. El problema es el dinero. «Quién no quisiera visitar València, es el sueño de muchos de nosotros, por el club, por la ciudad, por conocer una nueva cultura, sería bonito ir, pero francamente no hay la posibilidad porque tiene mucho costo y no podemos solventar los gastos, pero mientras hay vida hay esperanza y todo puede suceder». Mientras tanto, seguirán luciendo con orgullo el nombre del Valencia CF. Ellos, sin saberlo, lo hacen más grande.