¿Qué habría sucedido esta noche en Mestalla si la pandemia mundial del coronavirus estuviera controlada y los abonados hubieran acudido libremente al estadio a ver desde sus asientos el Valencia-Espanyol Habría sido noche de bronca. De las gordas. De muchas protestas. De mucho ruido contra la propiedad antes y durante el partido. De una Avenida de Suecia a rebosar de cánticos y pancartas contra Meriton y unas gradas pobladas de pañuelos y gritos de desaprobación a la gestión del máximo propietario Peter Lim. Todos los focos hubieran apuntado a Peter LimAnil Murthy Desgraciadamente, el valencianismo no podrá expresarse esta vez el campo como consecuencia del protocolo sanitario de seguridad del Covid-19. Tendrá que conformarse con ejercer su derecho a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Nadie dictará sentencia. Ni para el club ni para los jugadores. Toda esa tensión se convertirá en silencio. El más triste de los silencios para despedir un nuevo fracaso de temporada de Meriton Holdings.

Mestalla cerrará sus puertas hasta el mes de septiembre en medio de un clamor social contra Meriton y un vestuario dinamitado porque algunos de sus jugadores conocieron a través del club -antes del decisivo partido contra el Leganés-que forman parte de la lista negra de salidas de este verano. Además de la bronca, este último partido tenía que haber sido el de los gestos a la grada de algunos futbolistas emblemáticos de la plantilla que pueden abandonar el club a lo largo de este verano. Como por ejemplo Dani Parejo o Dani ParejoFrancis Coquelin Nada de eso sucederá. El cambio de ciclo con la salida de jugadores que han sido importantes para el Valencia en los últimos años también se hará desde el más frío silencio. Ni habrán aplausos ni habrán pitidos. Por no haber no habrá ni partido. El Espanyol de Rufete visita Mestalla descendido matemáticamente a segunda división y el Valencia solo se juega la vergüenza torera de acabar la temporada con un poquito de dignidad. Mestalla se lo merece.

La Europa LeagueEl Valencia no está preparado deportiva ni anímicamente para luchar por nada. «El equipo está roto y abatido», afirmaba Voro después de tocar fondo en Leganés. El Valencia está a 4 puntos de la sexta y la séptima plaza que ocupan Getafe y Real Sociedad respectivamente a falta solo de 6 puntos en juego. El problema es que la diferencia real es de 5 puntos porque el Valencia tiene perdido el gol-average particular con los de José Bordalás e Imanol Alguacil. Todo pasa por esperar los pinchazos de los rivales y ganar al Espanyol en Mestalla y al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Una utopía por mucho que los de Julen Lopetegui, con la Champions ya en el bolsillo, no se juegen la tercera plaza en la última jornada con el Atlético de Madrid. El equipo no gana a domicilio desde el Ciutat en diciembre. Hace 8 meses. El Valencia, por si fuera poco, también depende de un Athletic de Bilbao que el pasado domingo lo adelantó en la tabla y se encuentra un punto por encima. El Getafe recibe al Atlético, la Real al Sevilla y el Athletic al Leganés. Las cábalas, por mucho que el calendario juegue a favor esta jornada, parecen ya imposibles.

El partido, eso sí, puede servir para ver en acción a algunos fútbolistas jóvenes que apenas han tenido protagonismo en la era Voro. Es el caso por ejemplo de Kang In LeeEl cuerpo técnico medita darle la titularidad contra el Espanyol. Algo que no sucedió en Butarque a pesar de su salvador gol contra el Valladolid. Hugo Guillamón no ha disputado ningún minuto desde la destitución de Albert Celades Sin embargo, el central del filial lo tendrá difícil mientras el Valencia continúe matemáticamente vivo en su lucha por la Europa League. Voro recupera al canterano Vicente Esquerdo y tiene la baja de cuatro futbolistas: los lesionados José Luis Gayà, Rodrigo Moreno y Cristiano Piccini y el ya recuperado de su problema intestinal Manu Vallejo. El gaditano ha recibido el alta médica y ya descansa en València.