Pues sí. Parece tontito pero no lo es. La visita del Valencia CF -que no es otra que el campo del Real Zaragoza- se antoja como un duelo asequible para un equipo que precisamente necesita quitarse de encima la careta del empate y cerrar con victoria un duelo que no debería dar ningún problema pero que sí debe servir para curarse la depresión de tanto empate en la Liga regular de Primera División. El Ebro es un equipo hacendoso y trabajador pero que no debería plantear ningún problema para un Valencia que necesita psicológicamente salir de tanto empate y lograr una cómoda victoria que le de oxígeno para su marcha en sus dos competiciones más importantes: Champions y Liga regular.

Para el Ebro sin duda este duelo es una alegría y van a tratar de dejarse la piel durante los 90 minutos y eso significa que el Valencia tendrá que hacer un esfuerzo que en el fondo es lo que necesita para ganar en confianza y para romper todas esas malas sensaciones que está acumulando al principio de campaña. Marcelino, ya saben, dice que no, que no existe ningún problema y que todo está en orden. Pero el ténico se equivoca y no convence al aficionado normal de este equipo. El Valencia llega a la Copa sin apenas dar señales de vida en la zona de vanguardia y es por ahí por donde los de Marcelino están fracasando, de momento, de forma indisimulada. Por eso el partido de hoy aunque no tenga excesiva trascendencia es vital para los de Mestalla. El duelo contra el Ebro es una buena terapia para coger confianza y empezar a ser el equipo que todos esperábamos que fuera en la presente temporada.

Y no admito otro resultado que no sea una victoria del Valencia. El empate sí serviría para obtener un resultado asequible pero no nos sacaría de la depresión de no ganar ningún partido. Y so, lo de no ganar aunque empates, solo tiene una crítica positiva por parte de Marcelino. Pero por ahí Marcelino se está quedando muy solito. Lo de empatar y empatar y empatar no es de recibo. Y no me vale decir que tienes buena defensa. No. Tener a todo el equipo defeniendo un resultado es muy poco gratificante si te llamas Valencia y en teoría juegas para volver a ser ese equipo peleón en el fútbol español que daba guerra a los todopoderosos de siempre y además con buenos resultados. Marcelino hizo el año pasado una temporada correcta -quedar cuarto no se merece un calificativo superior- pero quedar cuartos es un objetivo a superar y hasta la fecha no estamos superando nada de lo planeado.

Quiero goles

Y miren, para el partido de hoy yo quiero goles por encima de todo. Necesito que el Valencia se quite de encima ese problema de forma inmediata. Y me da igual quién juegue o quién marque los goles. Pero calculen, al fútbol no se juega exclusivamente defendiendo. El fútbol vive de goles y el Valencia no los marca en todo lo que llevamos de temporada. Sin goles el fútbol se vuelve aburrido y decadente. Puedes defender muy bien... pero eso, sin goles a tu favor, no es una virtud. Así pues el partido de hoy debe servir de rampa de lanzamiento para que el Valencia regrese a ser de nuevo un equipo competitivo de verdad y que vuelva a ser ese equipo que tiene una afición ruidosa y fiel a partes iguales. El Ebro debe ser el principio del regreso a la normalidad. Cualquier otra cosa que no sea convincente será un palo para un equipo muy superior. Y el Valencia necesita convencer a su gente.