Tenía la idea de no escribir ni una línea de ese trofeo tramposete que hoy mismo da sus primeros y lúgrubes pasos con el partido entre el Valencia y el Real Madrid, pero les confieso que este SUPER que tienen en sus manosSUPER siempre me contagia su optimismo y sus ganas de lucha y por lo tanto yo hoy lo tengo claro y vuelvo a hablar de la tramposa Supercopa de Rubiales y del ímpetu que tienen los jugadores del Valencia de disputarla con la única y rotunda idea de llevarse el torneo de vuelta para Valencia con una demostración de trabajo y entrega que a mi me desarma todas las ganas que tenía de no escribir nada de este artificial torneo que se ha inventado Rubiales para vergüenza de todo aquel que sienta el fútbol con la gallardía y la ilusión de cumplir como mandan los cánones todas las reglas exigidas. Ahora bien, el Valencia viajó en completo a Arabia un poco con rabia entre los dientes los jugadores, y el propio Celades, han prometido luchar por este trofeo trufado de malas artes y descarada ayuda a los equipos de siempre firmada, esa ayuda, por ese tal Rubiales que dirige de forma indigna los destinos de nuestra Federación Española de Fútbol. Y así las cosas deshago el camino que había prendido y ahora de alguna forma me integro en la plantilla del Valencia y voy a sufrir con ellos este extraño debut en tierras de Arabia ante un Madrid que está por la cara en este torneo -no debería estar nunca- y cobrando más dinerito que el Valencia... que sí debería estar siempre que gane la Copa como hizo la temporada pasada.

Celades quiere esta Supercopa y ha mentalizado a sus jugadores para que luchen contra todo pronóstico con algo que parece que ya está previsto de antemano y que no es otra cosa que el triunfo del Resal Madrid para que el club blanco esté en la gran final contra el Barcelona, pese a que juega por la cara y sin ningún derecho este torneo al que no se hizo acreedor de nada la temporada pasada. Ahora bien, como me he alistado con todas las de la ley, yo espero que el Valencia rompa con todos los pronósticos que se barajan en el mundo entero y de cuenta de un Madrid al que en justicia torera debería ganar simplemente poniendo la justicia del lado del que se la merece de verdad.Los 396 espectadores

Y los que más deberían protestar por semejante afrenta son los respectivos seguidores de los dos equipo que sí disputan por derecho real esta tramposeta Supercopa. Y lo curioso del caso -gracias Rubiales- es que al partido solo van asistir de los dos equipos que deberían disputar esta final unos 326 aficionados de lo dos equipos que sí merecen disputar este trofeo. Y a esos hay que añadir a los hinchas de los dos equipos madrileños para alcanzar los 396 espectadores en tierras de Arabia robándoles la ilusión al resto.

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