Voy a escribir algo que a muchos de ustedes les va a parecer una tontería, pero yo en estos momentos de crisis mundial me voy a remontar un montón de años atrás y les voy a hablar de algo que ahora mismo parece muy simple pero les aseguro que es lo que me viene a la cabeza. También he pensado que es bueno que les hable de otras cosas, de algo que igual tiene poca trascendencia, pero es un momento para hacer un pequeño repaso a este Centenario más un año del Valencia CF y en todo ese tiempo recordar, sin mala fe ni malas ideas, algo que me ha acompañado siempre en mi vida y que hoy en día recuerdo con un cariño formidable. Les cuento.

Colegio en Madrid

Yo soy valenciano de nacimiento, así lo quiso mi madre grauera y valenciana, y su último hijo de siete en total, tuvo que nacer en València como homenaje a una ciudad que nos entregó su alma casi de toda la vida. Éramos siete hermanos, seis madrileños y yo, con una madre valenciana y un padre de Tortosa pero todos residiendo en Madrid, en la calle Eduardo Dato, y yo debo confesarles que desde mi más tierna infancia he sido y soy del Valencia y eso esté quién esté al frente del club no lo va a cambiar nadie en toda mi vida. Es un sentimiento profundo y para mi fue como una batalla diaria contra todos mis compañero de cole y existe una anécdota, de cuando iba al colegio y era muy nano, que ahora mismo me viene a la cabeza y les aseguro que es cariñosa y difícil de olvidar. Sigo...

Un día de cole

Era lunes, diría que un lunes cualquiera, y yo como todos los días preparaba mis cosas para acudir al colegio de El Pilar de la calle Castelló de Madrid, que era donde estudiaba todos los días. Allí, de los cerca de cuarenta alumnos que éramos por clase, se daba una realidad imposible de olvidar y con la que conviví durante casi toda mi etapa escolar. Yo era del Valencia CF y los otros 39 alumnos todos del Madrid o simpatizantes confesos del equipo madrileño. Y un día sucedió. Un día el Valencia le ganó al Real Madrid, no recuerdo ni el partido ni los goles -ha pasado mucho tiempo de aquello- y yo fui al cole con una sonrisa en la cara y metiéndome con todos mis compañeros. Sin hacer daño, lógicamente, pero con una felicidad absoluta ya que por primera vez que yo recuerde le mojamos la oreja a ese Real Madrid de Bernabéu, y yo les mojé la oreja también a todos mis compañeros de clase.

Enorme sonrisa

Y fue un día muy especial. Me encontré cara a cara con Mahiques, con Martínez Fresneda, con Txema Morón -este era el único que no era tampoco del Madrid- y con el resto de la clase y por primera vez en mi vida les pude mirar de otra manera, meterme un poco con todos ellos y disfrutar de un triunfo del Valencia en tierra madrileña con todo el orgullo del mundo. Esa bobada yo creo que me marcó de por vida y de alguna forma me convirtió en periodista y en seguidor de todo cuanto acontecía alrededor del Valencia CF. Y sí, fue algo inolvidable, un día histórico e imposible de olvidar. Y ahora, cuando ya hemos cumplido 101 años de historia es cuando se me agolpan los recuerdos en la mente y me acuerdo de mi infancia de forma absoluta y cariñosa. El tiempo ha pasado a lo bestia, mil anécdotas han engordado aquella que viví de nano, y en estos tiempos complicados y difíciles actuales, recuerdo con una nitidez enorme como disfruté de aquella inolvidable victoria del Valencia en el Bernabéu. Un recuerdo imborrable y precioso... y hoy en día repleto de cariño y de añoranza.

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