La víctima de la ejecución cometida en el aparcamiento de la Escuela Oficial de Idiomas, en La Verdellada, pasaba por problemas económicos en noviembre de 2017. Según la Policía Nacional, quien fue su amigo y jefe, el letrado y empresario Evaristo González Reyes, planeó desde entonces acabar con la vida de Machín y encargó comprar diez teléfonos, que usó para hablar con el ‘objetivo’ y con quien lo mató.