El Levante quiere desatascar ya de una vez por todas, para bien o para mal, el fichaje de Gustavo Cabral. El argentino se está haciendo el remolón —más en concreto su agente y propietario de sus derechos, Miguel Pires— y la firma se está dilatando más de la cuenta. El acuerdo lleva semanas encarrilado a cambio de unos 600.000 euros, algo menos del millón en el que estaba pactada la opción de compra. Sin embargo, no acaba de cerrarse y equipos como el Betis amenazan con aprovecharse y meterse por medio. El defensa argentino empezó a entrar en los planes de JIM tras la marcha de Nano a China y desde entonces se convirtió en una revelación de la Liga.

Los técnicos cuentan con Cabral aunque está por ver cuál va a ser la capacidad de aguante del club con una operación que no puede eternizarse. Sobre el papel, el precio se ha disparado, aunque en Orriols se confía en su proyección y en la capacidad de retorno económico que puede tener. Sin embargo, también es cierto que hay algunas dudas sobre su condición de extracomunitario —el caso de Keylor es similar— que podría convertirse en un problema teniendo en cuenta la incógnita de la delantera y que uno de los preferidos, Diego Costa, tampoco tiene la nacionalidad europea.

En este momento el Levante tiene para el centro de la defensa a Ballesteros y el recién renovado David Navarro mientras que Héctor Rodas vuelve aunque está por ver si es para quedarse. De momento el club ha aparcado varios ofrecimientos.