Una de las principales repercusiones de la Euroliga ha sido, sin lugar a dudas, poner al Levante en el mapa internacional. Y es que, según el estudio que el club ha encargado a una empresa independiente para evaluar los datos de audiencias y repercusión de patrocinadores, sólo durante la fase de grupos la audiencia acumulada fue de 2.804.000. A nivel mundial, Europa ha ocupado el primer lugar en cuanto a horas de retransmisión televisiva con un 72 por ciento de la cobertura internacional, por el 27 en África y Oriente Medio. En países como Argentina, Chile, Colombia y México se vio al Levante en directo gracias a Fox.

Pese a la amargura de la eliminación y la sensación de haberse quedado con la miel en los labios, la experiencia continental del Levante ha sido altamente gratificante, ya que se ha aprovechado al máximo el escaparate. «Lógicamente hemos ganado en historia, logrado un beneficio económico muy importante y ofrecido a nuestra afición un espectáculo deportivo de primer nivel, además de haber aumentado la presencia de nuestra marca y de nuestros patrocinadores y colaboradores», asegura Alberto Gil, que como director de comunicación y portavoz del club ha sido uno de los interlocutores más habituales de los granotas ante la UEFA.

Económicamente, el Levante ha percibido aproximadamente unos dos millones de euros limpios de la Euroliga descontando los gastos. El club presupuestó 1,3 ´kilos´ de ingresos una vez pasada la ronda previa y asegurada ya la fase de grupos, pero finalmente esa cantidad se ha acabado duplicando hasta llegar a los 2.650.000. De ahí, eso sí, hay que restar diversos gastos, entre ellos el de los desplazamientos, que han subido a 530.000 euros, un aumento del 50 por ciento respecto a la Liga. Igualmente fue necesaria una inversión de unos 100.000 en infraestructuras para adecuar el Ciutat y un total de 250.000 por apertura del estadio cada vez que hubo partido. La plantilla, por cierto, también se llevará un buen pellizco en primas.

La cuadratura económica de jugar en Europa ha repercutido positivamente también en los sponsors del club, que en comparación con el de la Liga han obtenido un 40 por cien de retorno superior. Y eso que en la fase de grupos la asistencia al Ciutat ha mantenido los niveles estándares del resto de la temporada, pese a que en las rondas eliminatorias de dieciseisavos y octavos ante Olympiakos y Rubin se registró un incremento del 12 por ciento en el aforo, rondando 15.000 de media.

«Nuestra experiencia de trabajo y relación incluso institucional con la UEFA ha sido más que satisfactoria. No sólo no hemos recibido ninguna sanción en ningún partido, gracias a la colaboración de todos los estamentos del club, sino que además hemos recibido numerosas felicitaciones», puntualiza Gil. Y eso que debido al riguroso y estático formato de la Euroliga al club no se le permitió hacer ningún tipo de acción comercial ni social más allá de las puntuales el día del Rubin de dos patrocinadores oficiales del torneo, Wester Union y HTC. Por ejemplo, a nivel anecdótico, el Levante pidió homenajear a Juan Carlos Ferrero tras su retirada, pero resultó imposible, igual que se le impidió entregar sobre el césped una camiseta por las 21 víctimas en el estadio del Olympiacos en 1981.