Opinión

Frases, mística y fútbol

Es inevitable no estirar el cuello más allá del Eldense y ver qué proyecto nos aguarda

Bouldini, recuperando una pelota para sacar de centro tras el gol

Bouldini, recuperando una pelota para sacar de centro tras el gol / SD

Dijo Pelé, que cuanto más difícil, mayor era la sensación de la victoria. El malogrado ‘O Rei’ dejó jugadas, goles e imágenes para el recuerdo, pero también frases como esta que contextualiza muy bien lo que el Levante puede llegar a conseguir todavía, por muy difícil que esté la situación. Tirando del baúl de las frases icónicas del balompié, eso de que en este deporte no hay nada escrito es también una evidencia. Intento tirar de esa literatura popular futbolística para poder todavía preservar ese hilo del que espera buenaventura en las tres jornadas que nos quedan por delante. Y es que no quiero pensar en un futuro vacío, en el que el partido ante el Alcorcón no tenga más trascendencia que el de la permanencia para los madrileños.                                                         

El enésimo tropiezo en casa ante el Éibar, con un final algo menos agrio, pero a todas luces insuficiente por el gol de Bouldini ha dejado al Levante al borde de tener que arrojar al suelo la toalla y desengancharse casi de manera definitiva del sueño de una promoción que nunca se ha alejado en exceso, pero que se perdió de las manos y no ha habido manera de recuperar. El Ciutat ha sido precisamente uno de los grandes espolones con los que se ha encontrado el equipo a la hora de la verdad. Lejos de ser el nicho en el que sentirse cómodo y fuerte, el triunfo ante el Zaragoza en la apertura de abril fue la única alegría que llevarse a la boca con solo un punto de los últimos nueve sumados, y con derrotas ante equipos agonizantes en la parte baja. Con las diferencias del pasado curso, en el que el asentamiento entre los seis primeros apenas peligró, la coyuntura y el rendimiento han tenido un letal paralelismo que privó en el 2023 del ascenso directo y ahora puede abortar el tener una vida extra.

El mensaje, como en estas últimas semanas, no ha de ser otro que el de echar el resto en Elda, y a partir de ahí, esperar un cúmulo de factores que han de llegar de manera desinteresada de algunos rivales. La ecuación es extremadamente enrevesada y siendo honestos, con un porcentaje de éxito bajo, pero retornando al principio, quiero acogerme a la mística de las palabras, del espíritu de los grandes, de las ensoñaciones de esos románticos del fútbol para poder todavía escribir versos distanciados lo onírico y llenos de autenticidad.

Con el presente todavía como motor, pensar en el mañana no es coto prohibido. Van a haber semanas por delante para comenzar a dar pinceladas al Levante 24-25. Con salidas obligadas, la reinvención y el trabajo bajo mínimos van a tener un buen test durante un verano intenso en varios frentes. Esto llegará, pase lo que pase, más pronto que tarde, y aunque no siga queriendo ver más allá del Eldense, es inevitable no estirar más el cuello para saber cuál es el proyecto que nos aguarda. Un club como el Levante no ha de perder más hegemonía. Se sobrevoló muy alto para ahora caer muy rápido. La gestión va a estar de nuevo bajo la lupa. Habrá que ser convincentes en las decisiones y en las explicaciones. Pero eso ya llegará, ahora de nuevo el balón, el fútbol y sus frases tienen la palabra.

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