Como un Erasmus interrogando a Ryanair, el Levante se debate entre dos destinos para realizar la pretemporada. Serán en todo caso fuera de España, rompiendo con los establecido los últimos años y será en un clima más suave que el experimentado en Isla Canela. El preferido sigue siendo la localidad de Ermelo, en Holanda, ocupada en otras temporadas por el Valencia, por ejemplo. Ese es precisamente el destino propuesto por José Luis Mendilibar, quien ya se llevó allí a la plantilla de Osasuna a preparar dos cursos consecutivos. El problema con Ermelo es que el ya va sufriendo overbooking con los equipos españoles y, para las fechas que tenía previsto el club, había realizado la reserva la Real Sociedad.

Por eso, en la criba final se encuentra otro destino del que el nuevo entrenador granota guarda buen recuerdo. Es Ashby de la Zouch, una localidad de las East Midlands, en Inglaterra, de apenas doce mil habitantes y a unos cincuenta kilómetros de uno de los núcleos más importantes del país, Birmingham. Lo que más gusta de este pequeño municipio, por supuesto, es el recinto que albergaría al Levante y que Mendilibar ya utilizó para un stage del Valladolid en el verano de 2009. Se trata del Champneys Spring Health Resort, un complejo de lujo con instalaciones adecuadas para los entrenamientos, del que manifestó sus buenas sensaciones cuando volvió de la primera experiencia en Inglaterra, hace cinco veranos: «Las instalaciones, tanto del hotel como del campo de entrenamiento, han sido sensacionales. La tranquilidad, también», confesaba entonces el entrenador al diario El Norte de Castilla.

La intención del club es que el periodo de pretemporada en el extranjero arranque la última semana de julio y dure unos diez días. Con esas fechas aproximadas y además de la disponibilidad del complejo en Ermelo, el Levante baraja ahora todas las posibilidades que se puedan explotar en el lugar escogido, desde las comodidades para la plantilla, los partidos que se puedan concertar en el país y los beneficios económicos. Sea cual sea el destino, se cuenta con la ventaja de que Mendilibar ya ha estado en ambos y conoce bien las instalaciones, con lo que tampoco se antoja necesario un viaje previo para explorar el recinto. En cualquier caso, las pretemporada no arrancará con el equipo haciendo la maleta, sino unas dos semanas antes y en Buñol, algo que ya ocurrió el año pasado previamente al traslado a Isla Canela, en esas tórridas jornadas de julio de triples sesiones con las que se presentó Joaquín Caparrós.