Llegó hace un año para salvar una situación extrema y sus pasos en Orriols han sido un constante ejercicio de supervivencia. La última victoria en casa ante el Villarreal le sirvió para ganar tiempo, pero su figura continúa en cuarentena tras la derrota sin cicatrices en el Bernabéu. A pesar del evidente efecto balsámico del último gol de Deyverson, Alcaraz sigue en prórroga. Ahora, en el horizonte, dos encuentros que marcarán su futuro. Solo los puntos le pueden ampliar un crédito debilitado después de la rueda de prensa en la que tiró con bala hacia los no-fichajes y aseguró que la plantilla se quedó por completar. «No soy ajeno a la sugestión generalizada que hay, pero creo que habría que remontarse a la ampliación del contrato del mes de mayo, en la que vosotros (en referencia a la prensa) percibíais que había dudas sobre esa situación», afirmó el granadino, entre otras ´perlas´, en la previa del Submarino. «Realmente, si hubiera percibido dudas no hubiera seguido, pero me veo convencido de la situación y veo a la casa convencida del proyecto que hemos iniciado», añadió.

Igual que cuando estuvo sobre la mesa la continuidad de Juan Ignacio, un restaurante de la Pobla de Farnals volvió a ser el escenario de otra reunión maratoniana de seis horas entre Quico Catalán, Manolo Salvador y Lucas Alcaraz para sentar las bases del Levante 15/16 con el granadino como entrenador, aunque existió la posibilidad de haber ejecutado la cláusula de salida para desviar sus caminos pese a haber obtenido el objetivo por el que fue contratado hoy hace un año.

Aunque las conversaciones formales no arrancaron hasta que se le comunicó a Mendilibar su salida, lo cierto es que durante el tiempo en el que estuvo en el banquillo el de Zaldibar, Lucas había visto muchos partidos del Levante, algunos de ellos, como el 0-0 en La Rosaleda, en directo, recabando mucha información, consciente de su posible candidatura si caía ´Mendi´. Menos de 24 horas fueron suficientes para firmar en la noche del 21 de octubre de 2014 y ser presentado el día siguiente en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva tras estar en las quinielas de otros clubes como el Betis. Fiel a su estilo, Manolo Salvador no hizo ningún tipo de casting, ya que desde el primer instante tenía claro que el granadino era la mejor opción para reflotar un proyecto que se había desmoronado a las primeras de cambio, que su perfil era el que necesitaba el Levante en esos momentos. A sus espaldas, dos décadas al pie del cañón. Desde 1995, Alcaraz ha dirigido a doce equipos diferentes, entre ellos el Aris, su única experiencia extranjera en Grecia.

Horas antes de que Lucas firmara su contrato por lo que restaba de temporada, más otra opcional si conseguía la permanencia, Mendilibar se despedía en Buñol entre lágrimas generalizadas y mandaba un mensaje de futuro, que se está cumpliendo: «Iván, Camarasa, Morales, Toño y Rubén García son el nuevo Levante. Hay que aprovechar que esta camada es muy buena. El futuro es halagüeño si ellos cogen personalidad y tienen la ayuda de los veteranos y del propio club». Se fue de Orriols sin haber negociado apenas su propuesta, pero reconociéndole al vestuario sus errores hasta en tres ocasiones. Fue la cuarta destitución granota en la Liga BBVA. En la presentación del actual míster, a su izquierda, Manolo Salvador entonaba el ´mea culpa´ por la primera elección de la temporada, pero dejando en el aire que Mendilibar no supo «acoplarse». Su primer ´cadáver´ en seis años.

Con el dibujo a cuestas

«Si hay señas que se pueden mantener, no es algo contra lo que se tenga que ir. Quiero un equipo que sea rocoso y agresivo, sin renunciar en fases del partido a tener el balón, atacar o contraatacar». Esas fueron sus líneas maestras en su bienvenida. El estreno ante el Celta le llegó demasiado pronto, con pocos entrenamientos, y de aquellos catorce jugadores que empleó en Balaídos, ahora solamente son importantes Juanfran, Simao Mate y Morales. Hasta cinco ´finales´ levantó la temporada pasada, con el giro del cambio de sistema en el Coliseum Alfonso Pérez por la sangría de goles encajados y que ahora se ha convertido en su ´dibujo fetiche´ y con el que va hasta las últimas consecuencias pese a las reticencias. En el Bernabéu alcanzó los 38 encuentros ligueros (9 victorias, 11 empates y 18 derrotas), más las dos eliminatorias de la pasada Copa del Rey ante Albacete y Málaga. Lucas superará este domingo ante la Real Sociedad la barrera de los 250 partidos en Primera, con un global de 63 triunfos, 64 empates y 123 derrotas. Su debut en la máxima categoría fue el 1 de septiembre de 2002 en el banquillo del Recreativo de Huelva, uno de los cinco equipos que ha dirigido en la Liga BBVA.