Opinión

El Deportivo Alavés fue el Valencia CF

El análisis de Miguel Grau del partido entre Valencia y Alavés de la jornada 34 en Mestalla en el que venció el cuadro babazorro por 0-1

El Deportivo Alavés se empleó con mucha intensidad en todas las disputas

El Deportivo Alavés se empleó con mucha intensidad en todas las disputas / Eduardo Ripoll

La jornada 34 no terminó para el Valencia CF como al equipo y a su afición les hubiera gustado. Un partido difícil de competir y con la necesidad de ganar sabiendo los resultados que se habían dado. Y es que el Alavés vino convencido de que quería certificar su permanencia en primera y propuso un cambio de papeles que les salió a la perfección. 

El equipo visitante dejó al Valencia vivir más tiempo en su momento ofensivo, atacar a un equipo replegado y bien trabajado no es sencillo, y aún más cuando el Valencia CF ha basado mucha parte de su éxito de la presente temporada en defender y contraatacar con mucha velocidad. Y en las pocas ocasiones que el Valencia CF pudo correr, el Alavés estuvo experimentado y hacer innumerables faltas para no dejarles hacer lo que mejor se les da. 

Por otro lado, las acciones a balón parado han sido diferenciales para los ches durante la temporada, dando goles y ocasiones, pero el gol encajado fue tras un córner perfectamente diseñado por el cuerpo técnico visitante, ejecutado por Carlos Vicente de manera excelente, dejando un aclarado al segundo palo, que aprovechó muy bien Javi López para fusilar al Valencia CF. Una muestra más del cambio de roles propuesto. 

El Deportivo Alavés fue más el Valencia CF durante muchos momentos del partido que el propio Valencia CF. Defendiendo bien y contraatacando con velocidad, no dejando correr cuando el rival quería y llevando bien el tiempo del partido. En este partido el Valencia CF se tenía que convertir durante fases en un equipo paciente, de posesiones muy largas y equilibradas en balance defensivo para que el rival no corriera con facilidad, y esto es complejo para un equipo de tan corta edad, y que disfruta jugando como juega. 

En los momentos finales de las temporadas en la que todo se aprieta y el margen de error se reduce, la competición permite a esta joven plantilla seguir mejorando sin riesgos, como la temporada pasada, y con ambición por intentarlo hasta el final.