Siempre se ha dicho que los porteros tienen sus rarezas, hasta se rigen por normas distintas en el terreno de juego, y Diego Alves se encomienda todos los partidos a la Virgen de la Aparecida. Cuando tenía 21 años, una tía le regaló una medalla con la imagen de la patrona de Brasil antes de venir a Europa y la lleva siempre encima, colocándola al lado del poste derecho después de darle dos besos. «Soy una persona que tiene fe y es un regalo de un familiar que siempre llevo conmigo», apunta cada vez que se le preguntan. Ahora bien, si se ha hecho un hueco en la élite ha sido por sus cualidades, pero él considera que toda ayuda es buena. Los aficionados del Almería, cuando conocieron el secreto del portero brasileño, no dudaron en asegurar cuando un balón era repelido por el palo que había sido atraído por la Virgen.

Todos tienen sus manías y Diego no duda en tener a la patrona de Brasil siempre encima. El último guardameta del Valencia que estaba acompañado en la soledad de la portería era Cañizares, con una toalla que llevaba bordado su nombre. Y como le ocurrió a éste, en un partido de liga se llevó un susto cuando a la finalización, se dirigió al poste derecho… y no la veía. Un recoge pelotas bromeó con él y se la escondió, el brasileño regresó a casa sin ella pero después se la devolvieron. A pesar de la fe que tiene, el portero valencianista no es atleta de Cristo. Diego no responde al perfil típico brasileño amante de la samba y las fiestas, tiene una vida muy ordenada y cuando tiene unos días libres aprovecha para irse junto a su mujer a visitar rincones turísticos, como La Alhambra de Granada, la Mezquita, La Giralda y la Torre del Oro de Sevilla…

¿Cómo fueron sus inicios en la portería? En aquella época no tenía la estampa de la Virgen de la Esperanza como punto de apoyo, y como todos los niños en Brasil rápidamente buscó la pelota. En el colegio era jugador de campo, pero según ha confesado él en alguna ocasión, era de los más malos y para no hacer el ridículo se colocó bajo los palos. Con el paso de los años se ha demostrado que aquella decisión acabó siendo vital para ser un profesional del fútbol. No lo hizo con esa intención, pero fue una señal. Ahora va a disputar la Champions. Con su fichaje por el Valencia, más allá de dar un salto profesional cualitativo, también podrá disfrutar de una de sus comidas preferidas en España: la paella. No tiene reparos en admitirlo y tampoco es que lo diga ahora que ha llegado al punto neurálgico donde se hacen las mejores paellas, en cambio, la comida que no acaba de apasionarle mucho es el jamón. A Diego también le gusta la lectura y uno de los libros que recomienda es la biografía de Ayrton Senna. La música que nunca faltará en su coche es la protagonizada por la cantante Ivete Sangalo, modelo y ahora una de las cantantes brasileñas de moda en la actualidad.

Diego no se conforma con haber fichado por el Valencia, quiere seguir progresando y para conseguirlo no tiene ninguna duda en que continuará siguiendo con la tradición que hace desde que salió de Brasil para jugar en Europa: los dos besos a la medalla con la Virgen de la Aparecida… y a jugar. A pesar del descenso esta temporada con el Almería, el futbolista sigue teniendo mucha fe en la patrona de su país y por eso Mestalla contará con una nueva virgen empujando al Valencia.