¿Es verdad que los amigos le llaman ´Roma´?

—Sí, es un apodo que tenía yo desde pequeño, cuando me llamaban Romario y los amigos, al ser tan largo, lo acortaron un poco.

—¿Y Por qué Romario?

—Desde pequeñito era moreno, jugaba adelante y también tenía una camiseta de Romario, entonces seguramente se habrá quedado por eso.

—¿La camiseta no sería de su etapa del Valencia?

—No, era de cuando jugó en el Barcelona.

—Braulio Vázquez asegura que le ha visto hacer cosas en el campo que no le ha visto a nadie. ¿Cuál es la jugada que siempre ha querido hacer dentro del campo?

—No sé, suelo caerme a la banda izquierda por mi tendencia a ir hacia dentro para buscar la portería o un último pase. Y la jugada que más me gusta es el eslálom de fuera hacia dentro.

—En el partido del domingo le vimos dar una asistencia de tacón, ¿qué otros detalles técnicos le gusta utilizar cuando es posible?

—Lo que más me gusta es la elástica de Ronaldinho (con la parte externa de tu pie tocas el balón hacia fuera e inmediatamente después, pasas el pie hacia adelante de la trayectoria de la pelota y con la parte interior le cambias la dirección al balón con un ligero toque hacia adentro).

—¿Se considera una persona atrevida?

—Cada uno tiene su tipo de fútbol y quizá el mío parece que sea un poco más anárquico o más atrevido, pero eso es porque me gusta disfrutar y pasármelo bien, y así que también disfrute la gente con el fútbol.

—¿Piensa que en el mundo del fútbol se valora más lo diferente?

—Creo que sí, el fútbol ha ido evolucionando mucho en los últimos años y es verdad que los equipos cada vez son más tácticos y es más difícil hacer gol. Pienso que los pequeños detalles o las pequeñas jugadas es lo que marca la diferencia, eso en unos años será prácticamente todo.

—¿Cada vez es más difícil sorprender dentro del campo?

—Todos los rivales te conocen y los pequeños detalles y ese segundo que tienes antes de que te vengan a presionar para hacer una jugada va a marcar la diferencia.

—¿Cuál fue la primera camiseta de fútbol que tuvo?

—(Piensa) Pues me parece, que yo recuerde, la de Romario.

—¿A quién le gustaría cambiársela?

—Con Andrés Iniesta, me parece un jugador especial, tiene todas las condiciones para ser uno de los mejores jugadores del mundo y me gusta muchísimo su estilo de juego.

—¿Le han pedido muchas a usted?

—Esta temporada en segunda me la han pedido varios y me sorprende, pero más en mi primera temporada con el primer equipo, porque a veces me metía en el vestuario y me pedían la camiseta. La verdad es que alucinaba.

—¿Trata de imitar a algún futbolista?

—Uno de los jugadores en los que más me he fijado es Ronaldinho, pero creo que cada uno tiene su estilo de juego y te quedas con lo que hace la otra gente, como los movimientos, porque pueden ser válidos para ti también.

—¿En el colegio se pegaban por tenerle en su equipo?

—(Risas) Jugaba con amigos que eran más mayores que yo y mejores futbolísticamente.

—Procede de un barrio humilde, ¿cómo cambió su vida al firmar su primer contrato profesional?

—Cambian muchas cosas, ya no puedes hacer lo que hacías antes porque te mira mucha más gente, y es más complicado. Recuerdo que estaba con mis amigos y hacía de todo y las señoras decían: «mira el gamberro este». Ya después te vas dando cuenta que has de seguir con los mismos amigos de siempre pero hay veces que desgraciadamente te tienes que ir a tu casa.

—¿Qué travesura recuerda?

—Casi todas eran con la pelota, he roto bastantes cristales. A ver, íbamos a un parque chiquitito, con los balcones cerca y les dábamos€ Había que salir corriendo (risas).

—¿Ha llorado alguna vez?

—Como todo el mundo.

—¿Se considera un futbolista fuerte mentalmente?

—Sí, en la vida y más como está montado hoy en día todo, has de ser muy fuerte psicológicamente porque si de mente estás flojo, las piernas no te van. Yo he tenido la suerte o la desgracia de que todo lo que me ha venido me lo he ganado yo a pulso, nadie me ha regalado nada y he tenido que ser fuerte.

—¿Qué ha aprendido en la calle?

—Sobre todo a jugar sin presión y para divertirme, a mí me gusta ganar siempre y hasta mis amigos me decían si estaba loco, porque estaba jugando con ellos en el parque. Pero quiero ganar siempre y si perdía me cabreaba y le daba patadas a todo€ La verdad es que sí. Y después, la diversión. Todo.

—Hay muchos futbolistas que hacen malabarismos con el balón pero no llegan a la élite, ¿Viera es algo más?

—La verdad que sí, y más como está el fútbol. Por más bueno que seas, si no corres ni luchas ni te entregas como el rival, no tienes nada que hacer. Y los canarios, que tenemos fama de jugar mucho y estar medio aplatanados, creo que viene una generación muy diferente y fuerte, físicamente también muy capacitados y dentro de poco habrá más de uno por aquí.

—¿Se le da bien otra pelota aparte de la del fútbol?

—Aparte del fútbol me gusta mucho el pádel.

—¿Se le da bien o tampoco se enfada tanto?

—(Risas) No me enfado mucho.

—¿Qué consejo le ha dado su gente que siempre tiene presente?

—Que siga como hasta hoy, que por eso estoy aquí, y que disfrute de la experiencia porque es muy bonito estar aquí.

—¿Por qué insiste en que fichar por el Valencia es muy grande?

—No es ninguna mentira, hoy en día está en el escaparate europeo como uno de los ocho mejores y es así. Vengo de jugar en segunda, es un paso y un reto importante para mí, desde que el VCF vino a por mí fue muy directo y eso lo agradezco. Uno de mis sueños era jugar en primera y gracias a ello, si Dios quiere, espero poder hacerlo.

—¿Tiene hermanos?

—Uno pequeño, se llama Ismael.

—Habla mucho de su madre.

—Sí, mi madre Inmaculada vive con mi padrastro Echedey y hablo porque se ha sacrificado mucho en la vida para que no me faltara nada sabiendo las dificultades que teníamos. Y gracias a ella y a su novio estoy aquí, porque él se ha portado muy bien conmigo, me ha tratado como si fuera su hijo y la verdad es que le doy las gracias. Una vez, al poco tiempo de llegar a la UD Las Palmas, me iba porque no contaba mucho con el entrenador y sólo quería jugar, no era feliz y quería irme con mis amigos, pero él me decía que aguantara porque esa oportunidad me llegaría y gracias a él€ Nunca se sabe si me hubiera marchado qué habría pasado.

—¿Cómo le dijo a su madre que iba a fichar por el Valencia?

—Mi madre sabía que había rumores y un par de equipos interesados, y el día que salió todo, la noche que jugaba en Vila-real contra el filial, le llamé para decirle que era así y saltó de alegría. Me dijo que los sueños se estaban cumpliendo y que tirara para adelante.

—Da la sensación de ser una persona muy agradecida, ¿lo es realmente?

—Soy agradecido con los míos y mis allegados, la gente cercana, y mientras no me falle nadie soy así. Soy muy cariñoso, me gusta cuidar a las personas que me cuidan y también me han educado así.

—En la primera conversación que tuvo con Pellegrino, ¿qué captó que quiere el entrenador de usted?

—Nada más llegar habló conmigo y me preguntó cómo estaba yo, porque tengo 22 años y es muy complicado salir de una isla para encontrarme en un hábitat muy diferente. Me está costando un poco adaptarme a la ciudad y a los compañeros, y eso que me lo ponen fácil, pero me dijo que estuviera tranquilo y me centrara solamente en el fútbol, que me divirtiera y ya está.

—¿Le ha impresionado el vestuario?

—Claro que sí, siempre los he visto por la televisión y cuando los ves cara a cara ves que eres uno más. Al principio cuesta asimilarlo.

—¿Ya le han pedido sus amigos camisetas de alguno de sus nuevos compañeros?

—No, por ahora no, la verdad es que me han sorprendido porque quieren que les guarde las mías y se las envíe para allá (risas). Estando Soldado, Albelda y... ¡me piden la mía!

—¿Con quién comparte taquilla?

—Con Piatti y Soso.

—¿Tiene muchas manías?

—No, sólo entro al campo con la pierna izquierda.

—Y le gustan los tatuajes.

—Sí, tengo dos; en el brazo derecho tengo un buda porque me gustaba el dibujo. Y en la espalda tengo una cruz con las iniciales de mi madre y de mi hermano en el centro.

—¿A qué juega en los ratos libres de la concentración?

—Llevamos pocos días y he de adaptarme, pero en Las Palmas jugaba a la Play, al ping-pong o al futbolín.