La botella puede estar medio llena o medio vacía, según se mire. El Valencia CF va a salvar una bola de partido hasta que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana se pronuncie sobre el aval. Sin embargo, a partir de ahora la hoja de ruta está clara: o hay aval o habrá venta. Es la conclusión más trascendente que se extrae de la esperada reunión entre todos los actores que influyen en el futuro del Valencia, que se encontraron ayer en la Consellería de Hacienda para mostrar muy buenas intenciones, pero también para demostrar que la viabilidad del club está efectivamente en situación de bloqueo. No hay mucho más que hablar hasta que haya una sentencia firme y definitiva al recurso presentado por Bankia tras la anulación del aval del Instituto Valenciano de Finanzas.

A partir de esta premisa, Bankia, Generalitat Valenciana, Valencia CF y Fundación acordaron una solución que calificó Amadeo Salvo de "transitoria", que consistirá en aplazar los vencimientos de la deuda y la ejecución de las garantías hasta que haya sentencia. Si en ese momento el Tribunal declara válido el aval, la entidad bancaria irá adelante con la refinanciación de los créditos de 219 millones al Valencia CF y de 85 a la Fundación. El proyecto de Aurelio Martínez y Amadeo Salvo también. Si el aval es nulo, Bankia buscará la solución para recuperar su dinero mediante la venta de las acciones, operación que trabajará a través de un tercero. ¿Cuál? La consultora KPMG, la misma que fue contratada para preparar una auditoría de venta o 'Due Diligence' sería la encargada de buscar y seleccionar al mejor comprador posible para el Valencia CF.

La posibilidad de una venta de las acciones estuvo sobre la mesa en la reunión y, en cierta manera, Bankia envió al resto un mensaje de tranquilidad. Sólo se contemplará como decimos si no hay aval y, además, la entidad bancaria mostró cierta sensibilidad y de alguna manera se compromete a que en ese caso no habría una subasta al mejor postor. El banco, con mucho volumen de negocio en Valencia, evitará en la medida de lo posible dañar su imagen. No hay que descartar una venta consensuada, aunque en caso de no ser válido el aval quien tiene la potestad de quedarse con las acciones y disponer de ellas es Bankia.