23:20 horas de la noche del viernes, 27 de agosto de 2004, Rubén Baraja y David Albelda recogen, en un espectacular estrado, la Supercopa de Europa, la segunda de nuestra historia, en el célebre estadio Luis II de Mónaco. El Valencia CF acababa de vencer, con toda justicia, al Oporto, campeón de Europa, por 2-1 El equipo portugués no fue, ni mucho menos, un rival fácil, pero los de Ranieri, con la inercia ganadora de un curso, el que acababa de finalizar, con una inercia imparable, lograron superarlo gracias a los goles de Rubén Baraja y Marco Di Vaio.

Con la conquista de la Supercopa de Europa, el Valencia CF sellaba una temporada memorable. El equipo acababa de conseguir un histórico triplete (Liga, UEFA Cup y Supercopa de Europa) que lo convertían en el mejor club de Europa y, por extensión, en el mejor club del mundo.

Once años después, en el mismo escenario en el que el Valencia CF se coronó rey de Europa, el equipo certificó el pasado martes su regreso a la Champions League tras dos años de ausencia. El Louis II de Mónaco ha pasado a ser un templo talismán en la memoria del aficionado blanquinegro.