«Equilibrio» es la palabra que más utiliza Cesare Prandelli para explicar cómo debe ser el Valencia que desea construir. «El equilibrio es cuando la línea defensiva, la del medio y la de ataque se mantienen en la misma distancia. Si hay muchos espacios entre ellas no hay equilibrio. Hay que mejorar en defensa», decía el miércoles el entrenador en la entrevista que concedió a Superdeporte. El italiano se ha propuesto moldear un equipo que se mueva como un solo escuadrón y, pese a las numerosas ausencias en el equipo, no quiere perder tiempo para que los jugadores comiencen a trabajar sobre los conceptos para poder conseguirlo.

Los informes defensivos que maneja Prandelli son preocupantes. El equipo encadena desde la temporada pasada 11 partidos encajando goles y 35 jornadas durante las que, únicamente, logró dejar la portería a cero en el triunfo (4-0) con el Eibar del pasado 20 de abril. Esta semana Aderllan Santos ha admitido que el hecho de recibir goles en cada partido es una losa que persigue al equipo y que «las victorias pueden llegar con más facilidad» si el trabajo defensivo de los once jugadores se hace más intenso para cerrar la portería de Diego Alves.

En la primera charla con los jugadores Prandelli fue directo y escueto. Necesita de ellos «más fuerza e intensidad». En su manual futbolístico la defensa es cosa de «todos» y requiere «agresividad». El bloque debe defender con armonía y limitando los espacios al rival. Cesare Prandelli se puso ayer manos a la obra bajo estas premisas, a pesar de contar sólamente con nueve jugadores de campo. Estas sesiones, a la espera de que se unan los ocho internacionales y los jugadores tocados, son las primeras semillas en la búsqueda de un Valencia compacto y competitivo.

Este jueves, tras un intenso calentamiento y circuitos físicos, el nuevo cuerpo técnico incidió a los jugadores que se han quedado en Paterna en los conceptos tácticos. En defensa, con peto naranja, Prandelli juntó de derecha a izquierda a Montoya, Garay, Santos y Siqueira por delante de Jaume Domènech. Enfrente, sin peto, Mario Suárez y Medrán abrían el juego a las bandas, desde donde Fede Cartabia y Santi Mina iniciaban jugadas de ataque. Rodrigo Moreno se situó como hombre más avanzado.

El entrenador pedía a los defensas intensidad, coordinación y concentración máxima. En uno de los primeros ejercicios el lateral tenía que salir a la presión, incluso, a intentar avanzarse y robar el balón al extremo, mientras el central de su lado permanecía atento al espacio que quedaba descuidado. Un hueco que el lateral debe volver a cubrir de inmediato, una vez que ha cerrado la banda al extremo rival. Prandelli desea que la defensa bascule como si fuera una sola pieza, tratando de tapar cualquier agujero y en coordinación con los centrocampistas, que deben acudir a las ayudas defensivas como también los jugadores de banda.

En la filosofía agresiva y valiente del míster italiano, si el centro del campo progresa hacia el ataque, la defensa debe cubrir las espaldas, avanzar y reducir los espacios entre ambas líneas. Por esta razón, para el Valencia que Prandelli construye, el aspecto físico es un punto fundamental. Los técnicos pedían ayer a los defensas que salgan de la portería y vuelvan hacia atrás si es menester. En este sentido, los nueve futbolistas de campo ensayaron también situaciones de contragolpe. En el ejercicio posterior el entrenador lombardo subió casi al centro del campo a los cuatro defensas, sólo un par de metros más atrás de los cinco jugadores que organizaban el ataque a la contra. El equipo trabajó tanto en ataque como en defensa las transiciones rápidas, con hincapié en que los defensas no perdieran las posiciones y bajaran al unísono. Como desvela la portada del jueves, «morder», «cerrar», «replegar», «bascular», «salir»€ son palabras claves en la concisa base táctica de Prandelli.