La eliminatoria ante el Barça está llena de alicientes de todo tipo pero volver al Camp Nou, casi por encima de que en juego esté la posibilidad de alcanzar una final de la Copa del Rey, es algo que siempre será especial para Santi Mina. El delantero gallego del Valencia CFValencia CF ha vivido una de sus noches más dulces como valencianista en el mismo escenario donde este jueves se disputará el primer asalto de la semifinal.

Ocurrió a mediados de abril de 2016, en su primera temporada como blanquinegro. El equipo llegaba al campo del Barça arrastrando una situación delicada en plena recta final de campeonato, con Ayestaran en el banquillo -Neville había sido destituido poco antes- y con unas ganas tremendas de poder desquitarse tras el doloroso 7 a 0 encajado en la Copa dándole un bocado a las aspiraciones del conjunto azulgrana. El ‘22’ fue titular ante un rival al que ya le había tomado la medida en la primera vuelta -cuando anotó su primer gol con la camiseta del Valencia tras una buena combinación con Alcácer a solo unos instantes del final- y antes del descanso culminó la mejor jugada combinativa que había hecho el equipo en toda la temporada.

Una coreografía de 18 toques en la que intervinieron hasta ocho jugadores -Abdennour, Barragán, Javi Fuego, Rodrigo, André Gomes, Enzo Pérez, Parejo y el propio Santi- antes de que el gallego definiera al fondo de la red con un disparo raso al palo largo. Aquel fue un golazo para enmarcar. No solo por el valor estético del mismo sino también por lo que implica a nivel sentimental una de sus primeras grandes noches como valencianista. Y eso es precisamente lo que hizo: enmarcarlo.

Santi Mina pidió al Valencia CF la secuencia fotográfica de aquel tanto -con celebración incluida- y decidió colgar tres de las imágenes en una de las paredes del salón de su casa, enclavada en una urbanización próxima a la Ciudad Deportiva de Paterna. Y es que aquella fue una noche especial. Tanto, que todavía a día de hoy las mismas fotografías siguen custodiando la televisión de pantalla plana -a media altura- en un sitio donde es prácticamente imposible que pase un solo día en el que el delantero no las vea y recuerde aquella sensación.

Santi Mina llega al Camp Nou en un estado de forma inmejorable. Atraviesa de hecho por su mejor momento de confianza desde que aterrizó en el Valencia y así lo demuestran sus cifras: once goles -tres de ellos en la Copa del Rey- que lo distinguen como el segundo delantero de la plantilla con más intervenciones directas en goles tras Rodrigo, que suma 12 tantos y 5 asistencias.

El partido de este jueves se presta especialmente a un delantero de sus características -verticalidad, llegada, velocidad-, si bien todo apunta a que Marcelino le tiene reservado un rol como revulsivo. El gallego no tiene problema. Ya ha demostrado que está por encima de cualquier contexto. Viene de marcar al Madrid y un gol en Mendizorrotza que metió al Valencia en la eliminatoria cuando estaba fuera. Este jueves quiere volver a triunfar en el Camp Nou.