LENOVO TENERIFE-BARCELONA (92-97)

El Barça suma la segunda victoria y se cita el miércoles con el Madrid

Una falta antideportiva de Fran Guerra a Vesely sentenció el duelo a falta de un minuto para el final, porque el Barça tomó la distancia suficiente para preservar la ventaja mínima que había adquirido gracias a Tomas Satoransky

Fran Guerra y Laprovittola, en el duelo de este jueves.

Fran Guerra y Laprovittola, en el duelo de este jueves. / FCB

Joan Domènech

Ganó el Barça el partido que no habría querido jugar, feliz como estaría de dormir en Berlín, pendiente de la Final Four. Su guerra estaba en Tenerife y se centró en ahorrarse el siguiente partido que tampoco habría querido jugar: el del domingo, el tercero de la serie frente al Lenovo (92-97).

Una falta antideportiva de Fran Guerra a Vesely sentenció el duelo a falta de un minuto para el final, porque el Barça tomó la distancia suficiente para preservar la ventaja mínima que había adquirido gracias a Tomas Satoransky, que remató el sensacional partido que cuajó. Un triple suyo había adelantado al Barça (92-93) y después de los tiros libres de Vesely anotó otra canasta y capturó el rebote que hizo bajar los brazos definitivamente al Tenerife. El frustrado duelo con el Madrid de la Euroliga se producirá en la semifinal de la Liga Endesa a partir del miércoles.

A golpe de triples

Con el quinto triple lanzado en el primer cuarto el Barça alcanzó su mayor diferencia (11-20) en todo el partido, que se redujo a la nada al cierre del parcial con una bandejita de Brizuela (21-22) con el cero en el reloj. Tiró el doble de veces de tres que de dos el quinteto azulgrana, y mientras el acierto rayaba alto, pudo mandar en el marcador. La puntería se perdió pronto sin que se vieran otras alternativas ofensivas. El asfixiante ritmo de puntuación que aplicaron los barcelonistas descendió, permitiendo al Lenovo ir recuperando la distancia lenta e inexorablemente, con algún triple eventual, pero castigando sobre todo bajo los aros.

Controlar a Kyle Guy fue lo mejor que hizo el cuadro azulgrana. Focalizó la atención sobre el tormento del Palau (34 puntos, 23 al descanso) y anuló su producción al máximo: el artillero solo había anotado un punto, dos al final. El Tenerife disfrutó de sus tiradores suplentes y Salin y Fitipaldo compensaron la falta de su compañero con diez puntos cada uno.

Parker, defendido por Abromaitis, este jueves en Tenerife.

Parker, defendido por Abromaitis, este jueves en Tenerife. / FCB

Situación de crisis

Del 11-20 se pasó al 34-28 (un parcial de 23-8) y una cota máxima de más siete para los tinerfeños (44-37). No saltaron las alarmas en el Barça por cuanto era una situación de crisis a la que se está enfrentando tantas veces que le niega la consideración de un equipo fiable. Ayudó mucho que se pudiera trampear la situación hasta alcanzar el vestuario.

Seis puntos rápidos en menos de un minuto de la reanudación regeneraron al Barça, que en el fragor del marcador se manejó con temple y confianza, un rato por delante, un rato por detrás. Se preocuparon ambos equipos de anotar y no de defender y, enzarzados en el toma y daca, decidiría el pulso más atinado en el momento decisivo.

Guy se apuntó el segundo puntito y ya no apareció porque Salin y Fitipaldo doblaron su producción, a la que se sumó Guerra. La ametralladora azulgrana fue Satoransky, con 24 puntos (5 de 6 en triples), al que secundaron Laprovittola y Jokubaitis con excelentes porcentajes.