Es sábado 2 de mayo. 8:00 horas. Una fecha con la que llevamos días soñando. Hoy no se celebra el Maratón de Valencia ni el Medio Maratón, ni ninguna carrera (para eso aún habrá que esperar), pero la ilusión es la misma.. ¡0 más!. Después de mes y medio nos volvemos a a calzar las zapatillas, nuestras piernas vuelven a ponerse en marcha. Recuperamos parte de esa libertad que nos ha robado el dichoso virus.

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Valencia se lanza al Río en el primer día de libertad para hacer deporte

Nada más salir de casa se nota en el ambiente que es un día especial. Muchos runners se dirigen hacia el Antiguo Cauce del Río TuriaAntiguo Cauce del Río Turia, cruzamos miradas cómplices, de ilusión. Me recuerda mucho a los días grandes de Valencia Ciudad del Running. Llevamos mucho tiempo hablando de este momento, soñando cómo sería.

Los grupos de WhatApp de running en los que estoy llevan varios días echando humo, casi como el día previo al Maratón. El viernes todos hablaban de por dónde iban a correr, a qué hora, incluso mandaban fotos de las indumentarias que lucirían hoy. En mi club, el CA Navajas, quedamos en salir todos con el 'uniforme de gala' el que lucimos en las carreras y por supuesto, compartir luego el imprescindible selfie.

Llego al río, me separo de mi marido, Javi (yo correré delante y él, guardando las distancias de seguridad, irá detrás). El ambiente es impresionante, hay mucha más gente que un sábado normal, incluso muchos más corredores que en las semanas de carga de preparación del Maratón. Nadie quiere perderse el primer día de desconfinamiento deportivo. Pongo el gps en marcha y por fin, doy mis primeras zancadas. Las piernas pesan tras el confinamiento pero poco a poco, el cuerpo va recordando sensaciones. Cada vez hay más gente corriendo, andando... en bici. Todos, respetuosos, intentamos mantener las distancias de seguridad aunque es cierto que en algunas zonas resulta complicado. Cada uno va a su ritmo y los adelantamientos son el momento más complicado.

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Paseo marítimo y playas se llenan de deportistas

El antiguo cauce del Río Turia recobra la vida por fin, tras semanas de triste soledad, aunque se nota algo extraño, raro. Faltan los típicos grupos de amigos corriendo juntos, los multitudinarios grupos de entrenamiento... Mucho corredor pero todos solos, cada uno a su rollo, en silencio. Un silencio que resulta artificial, faltan las típicas bromas entre amigos, las conversaciones sobre ritmos de carrera, sobre próximos objetivos, próximas carreras.... Ahora, todos corremos por correr, sin más, nadie mira el reloj. Hoy no importa el ritmo, lo único importante es que volvermos a sentirnos corredores.

Todos nos adaptamos a las normas especiales que rigen estos días en el río. El Circuit 5K sólo se puede transitar en dirección Puente 9 d'Octubre-Ciudad de las CienciasCircuit 5KPuente 9 d'Octubre-Ciudad de las Ciencias. Voluntarios con petos naranja de Cultura del Esfuerzo nos recuerdan por dónde debemos ir e indican a los despistados que el circuito hoy sólo es de una dirección.

Voluntarios controlan que se cumplan las normas en el Cauce del Turia

Voluntarios controlan que se cumplan las normas en el Cauce del Turia

Así, hasta pasar las pistas de atletismo, voy por el margen derecho, sorteando corredores, andadores, junto a las pistas es una de las zonas más conflictivas, donde más gente se congrega ya que en esa zona, el río se estrecha. Tras dar la vuelta a las pistas me meto ya en el Circuit 5K en dirección de nuevo a la Ciudad de las Ciencias.

Los minutos pasan y un intenso calor hace ya mella en muchos corredores. Es el primer día y aún hay que recuperar la forma. Pese al intenso sol, casi nadie para en las fuentes, siguiendo la recomendación de no tocar nada. Algún corredor (aunque son minoría), corre con mascarilla. Los paseantes sí llevan muchos protección e intentan, como pueden alejarse de la marabunta de runners. Con tanta gente es inevitable ver a muchos conocidos.

No saludamos con alegría pero sin el típico choque de manos, sin abrazos.. son saludos en la distancia. Nadie para, no hay que molestar a los que vienen detrás.

Poco a poco llego de nuevo al punto de partida. No está mal para el primer día: 12 kilómetros a 6:20. Doce kilómetros que saben a gloria, que saben a libertad. La espera ha sido dura y larga pero hoy hemos dado un gran paso, una gran zancada hacia la normalidad.